miércoles, 21 de abril de 2010

PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD: ENTREVISTA EN LA REVISTA FUSIÓN



Por si es de vuestro interés, os comento que acaban de publicar una entrevista, que me han hecho, en la Revista Fusión. La temática ha sido sobre Psicología y Espiritualidad, por ser una temática con la que estoy trabajando. Espero que os guste.

Podéis leerlo en la sección de Entrevistas de dicha revista en: www.revistafusion.com

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Imaginaba que psicología era a la forma lo que espiritualidad al vació. Que no hay nada mas poderoso que la rendición psicológica ante la adversidad para entrar en el profundo silencio . Que no hay nada mas alejado de la espiritualidad que el rebosar de formas sin espacio silencioso. Que igual aprendemos de lo que no se pronuncia como desaprendemos con lo nuevo que escuchamos. Que las formas andan agitadas en el mundo pero la espiritualidad continua indemne esperando que las crisis agoten tanta agitación nerviosa. Que vamos del nacimiento que con_forma a la muerte que deforma la forma hasta hacerla desparecer. De la actividad frenética al sueño profundo donde ningún recuerdo de nosotros mismos nos habla de nuestra existencia. Formas alteradas, depresivas, suicidas, preocupadas, temerosas, inquietantes, locas, inconscientes, peligrosas, corruptas, psicópatas, indiferentes y de vez en cuando equilibradas ente lo que se pronuncia y se calla.

Veo a mucha gente jodida psicológicamente y vacía de vació espiritual, no dicen aquello de "Dios por que me has abandonado" simplemente se lanzan de un quinto piso. A donde se lanzan estas humanas formas?

Al vació.

Gracias Maribel por tu espacio.

Juan Manuel

Anónimo dijo...

Muy interesante la entrevista, Maribel. Ojalá pudiera discrepar en algún punto para hacer un poco de debate pero es que estoy de acuerdo con todas tus respuestas.

Un saludo ;)

Maribel Rodríguez dijo...

Juan Manuel, no entiendo qué quieres decir con lo que imaginabas que era la psicología... Pues no todo lo que hay en la mente es ruido, desequilibrio o locura...

Y es cierto que mucha gente sufre de vacío espiritual y eso les hace autodestruirse. Es paradójico, que hay tanta libertad para elegir y tan poco sentido... Paradojas de la vida...

Gracias a ti Juan Manuel por entrar en mi espacio.

Megamazinger, me alegro de que te parezca interesante la entrevista. Me alegra que estemos de acuerdo... Si cambias de idea, aquí me tienes para discutir lo que haga falta ;-).

Saludos a los dos

Maribel

Anónimo dijo...

Aporto una visión sobre estos asuntos que tal vez pueda parecer reduccionista y algo estrambótica.

¿Es adecuado relacionar psicología y espiritualidad? La psicología es algo que concierne a un individuo, pero la espiritualidad concierne al Espíritu, que es Totalidad. Falsamente consideramos que hay algo espiritual en el ser humano y algo que no lo es, o creemos que es susceptible de ser espiritual un ser humano, pero no una hormiga o un árbol. Esto es así porque erróneamente definimos como espirituales determinados aspectos del ser humano, determinados estados… Pero nada que haya nacido y vaya a morir es en sí mismo espiritual, sino en tanto manifestación de la Totalidad. Así, nada tiene de espiritual la psiquis del ser humano por mucho que psiquis signifique alma. Sólo el Espíritu, que es Totalidad, es espiritual en sí mismo. Lo que puede hacer el ser humano para aprehender la Totalidad, no es cultivar determinados aspectos de su psiquismo, sino permanecer en silencio, desactivando conceptos duales tales como “yo” y “lo otro”, “espiritual” y “no espiritual”… Según esto, las técnicas psicológicas pueden facilitarnos en gran medida el vivir, sanarnos en tanto hombres, pero no pueden hacernos más espirituales. ¿Por qué, pues, mezclar psicología y espiritualidad? ¿No estaremos asistiendo, por parte de la psicología, a cierta invasión de otros ámbitos propiciada por un excesivo mirarnos a nosotros mismos? ¿No podría ser que esta moda, finalmente fuese herramienta del ego para apuntalar al ego? EN EL ÁMBITO ESPIRITUAL, ¿qué otra cosa es necesaria más que un “hágase Tu voluntad” y la permanencia en Silencio con la cabeza muy gacha, sintiéndonos amorosamente mirados por Él; sin querer ser nada, sin querer saber nada?

Un saludo.

Francisco

Maribel Rodríguez dijo...

Hola Francisco,

Gracias por tu aportación. Lo que me pregunto, con respecto a lo que dices, es donde está la frontera entre lo psíquico y lo espiritual.

Pues por ejemplo, para permanecer en silencio, hay que acallar la mente (algo que es psíquico) ¿no?

Por otra parte, haces afirmaciones sobre las técnicas psicológicas, que me parecen tener que ver con planteamientos meramente conductistas o cognitivo-conductuales. Que no son más que un enfoque.

¿Por qué separar psique y espíritu si en nuestra experiencia personal funcionan simultáneamente? ¿Y no repercute la experiencia espiritual de la que hablas en tu psique? Cuando se dan ciertas experiencias espirituales, se siente más armonía, paz, alegría, etc. o en otro tipo de experiencias se dan sentimientos negativos. ¿Acaso no hay ningún tipo de fenómeno psíquico e incluso físico cuando meditas? ¿Por qué asumir que tu visión dualista es más perfecta y real?

Mi conclusión es que partes de una concepción de la psicología, que no es la misma que la que yo tengo. Quizás ahí esté el punto de discrepancia...

Saludos

Maribel

Anónimo dijo...

Y a mí me parece, aunque puede que me equivoque, que esas experiencias que denominas espirituales, no son tales, sino modos pasajeros de ser del cuerpo-mente, que vienen y se van. Y me parece que la genuina vivencia espiritual (que no es personal), además de siempre estar presente, de ser permanente, integra tanto los aspectos que llamamos positivos: armonía, paz, alegría…, como los sentimientos negativos; así como a la hormiga y al árbol. Considero que la genuina vivencia espiritual la tenemos tanto cuando nos sentimos amados por el Amado como cuando sentimos una gran angustia (ya digo que está siempre presente). Precisamente el silencio propicia romper esa dualidad entre aspectos positivos y negativos, y permite ponerse en situación de que el Espíritu, la Totalidad no dual se haga patente al ser humano. Ya sé que esto que expongo no es lo que generalmente se entiende… Dice Ramana Maharshi: “Si el Atman tuviera que alcanzarse, eso querría decir que no está aquí y ahora, y que hay que conseguirlo. Y cuando se consigue algo nuevo también se acaba perdiendo. Por lo tanto será algo pasajero. No vale la pena esforzarse por algo que no es permanente”.

Que la genuina vivencia espiritual tenga algunas concomitancias psicológicas no es motivo para relacionar íntimamente psicología y espiritualidad, lo mismo que el hecho de que plantar flores tenga concomitancias psicológicas no es motivo para relacionar íntimamente psicología y jardinería. Cualquier vivencia tiene concomitancias psicológicas…

Y me preguntas finalmente “¿Por qué asumir que tu visión dualista es más perfecta y real?” Te respondo diciendo que da igual ahora si mi visión es dualista o no dualista; supongo que es dualista ya que cualquier visión expresada por el pensamiento dual, es dualista. Pero lo que sí quiero remarcar es que, tanto en estas participaciones en tu blog, como en otras anteriores, no pretendo en absoluto que asumas, o que alguien asuma, que mi visión sea más perfecta y real; y nunca he dicho tal cosa. He expuesto mi visión con ánimo de aportar otro punto de vista a estas investigaciones, que no tiene por qué ser coincidente con tu punto de vista. En fin, me he asomado a tu blog para, tal como en él propones, “compartir sobre la vida, la consciencia y nuestras maneras de ver el mundo y darle sentido a nuestra existencia”.

Un saludo.

Francisco

Maribel Rodríguez dijo...

Hola Francisco,

Lo primero es agradecerte tus aportaciones, como siempre tan valiosas. Tengo claro que no pretendes imponer tu punto de vista, así que en ese sentido no te preocupes. Claro que se trata de compartir y demás, que pongo en el blog.

Con respecto a lo espiritual y lo psíquico, no supongo que estén en un mismo plano, sino que no son realidades tan distintas como asume normalmente la psicología.

Dices que lo espiritual abarca lo psíquico y me parece que esto es afirmar,que algo tendrán que ver. Quizás no he entendido bien qué quieres decir.

Parece que sí puede haber diferentes formas de ver lo espiritual, que quizás nos hagan enredarnos por el lenguaje. Creo que en mi caso, lo espiritual es algo más amplio, que lo que tú concibes por espiritual así que quizás esté ahí el malentendido...

En mi experiencia, lo espiritual aporta estabilidad, serenidad, paz, alegría o sentido al sufrimiento. Y esa es la experiencia de otros. Que lo espiritual les ayuda a superar ciertas dificultades de la vida, sobre todo por llevarles a ser más conscientes de quienes son realmente. La psicología, también puede apuntar a buscar más consciencia, para que uno sepa realmente quién es.

A mí me preocupa que la gente sea más consciente, libre, integrada, etc. Pues me dedico a eso, y es por algo... el dedicarse a eso. Parte de ser consciente de que en la vida se puede crecer, evolucionar, desarrollar cierta sensibilidad, etc.

Espero que ahora se entienda mejor.

Un saludo

Maribel

Anónimo dijo...

Maribel, lo espiritual concierne al Espíritu y, cuando digo que abarca lo psíquico, me refiero a que siendo el Espíritu Totalidad, también abarca lo psíquico, además de lo físico del ser humano, y el resto de la creación: montes, pájaros, nubes…; es decir, abarca todo lo manifestado; así como lo no manifestado (la Nada). El Espíritu no es algo específico del ser humano, aunque abarca todos los aspectos del psiquismo del ser humano; los aspectos que consideramos positivos y los que consideramos negativos, la consciencia y la inconsciencia, etc. Habla santa Teresa en la Moradas Sextas de una visión intelectual “adonde se le descubre cómo en Dios se ven todas las cosas y las tiene todas en sí mismo. Y es de gran provecho, porque, aunque pasa en un momento, quédase muy esculpido y hace grandísima confusión, y vese más claro la maldad de cuando ofendemos a Dios, porque en el mismo Dios —digo, estando dentro en Él— hacemos grandes maldades”.

La genuina vivencia espiritual (que no es personal) aporta finalmente, tal como dices, pleno sentido al sufrimiento advirtiéndose que “todo está bien”, y ésta es su maravillosa expresión en el ser humano, pero no tiene porqué aportar necesariamente estabilidad, serenidad, paz, alegría, etc., como muchas personas consideran, aunque a veces lo haga. Los “gustos espirituales”, tal como dicen los místicos, pueden darse o no y no es necesario que se den y, a veces, ni siquiera son convenientes, tal como expone san Juan de la Cruz. Digamos, poniendo un ejemplo muy obvio, que la muerte de un hijo, habiendo genuina vivencia espiritual, se percibe plena de sentido, pero no con alegría. Y se podrían poner otros ejemplos... La vivencia del pleno sentido del sufrimiento puede llevar incluso a dar las gracias por él, pero el sufrimiento del cuerpo-mente está presente (como en la Virgen ante la muerte de su Hijo, o como en Él mismo, “despiertos” ambos; ello lo explica bien el Maestro Eckhart en su tratado “Del desasimiento”). Todo esto es posible porque se produce la desidentificación con el cuerpo-mente, llegándose a que, como dice santa Teresa, “el que se arrima o allega a Dios, hácese espíritu con Él” (Moradas Séptimas), lo cual es no-dualidad.

Como ves, todo esto da para dialogar interminablemente; por mi parte podemos dejarlo aquí, ya continuaremos con otro asunto... A mí me parece que lo mejor es escucharnos unos a otros, pero sobre todo investigar estas cosas en la práctica, teniendo en cuenta que, si bien los procedimientos psicológicos cumplen su importante función, es recogiéndonos humildemente en silencio (como siempre han hecho los místicos) como podemos descubrir y arrimarnos a “LO ÚNICO QUE SIEMPRE ESTÁ PRESENTE”, y que siempre ha estado, incluso antes del nacimiento. Esto, que como digo es lo que yo considero más adecuado, es lo que propongo a todas las personas que conozco interesadas en estas cosas, porque a mí también me preocupa que la gente sea más consciente, libre, integrada…

Me he reído mucho con tu “Odisea por Madrid”... Un abrazo.

Francisco