domingo, 21 de noviembre de 2010

II CONGRESO DE PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD (UNIVERSIDAD DE LA MÍSTICA)


Ya estamos preparando, desde la Cátedra Edith Stein, el II Congreso de Antropología, Psicología y Espiritualidad, en la Universidad de la Mística de Ávila, para el último fin de semana de septiembre de 2011. Después del éxito del primero, hemos iniciado con buenos ánimos la preparación del segundo.

El tema del próximo congreso será sobre “Sentido de la vida ante las crisis”. Será abordado por Psiquiatras, Psicólogos, Filósofos y algún experto en Mística, para plantear la cuestión de una forma interdisciplinar. Se tendrán en cuenta las crisis de la vida (sufrimiento, enfermedad, soledad, muerte, etc.), y la cuestión de la crisis económica mundial. Pues ambas situaciones están conectadas, pues la crisis global nos lleva a crisis personales y las crisis personales, si son de muchos, agudizan aún más la crisis mundial. Además, como ya han señalado muchos, la crisis mundial está ligada a una crisis de valores generalizada y a una forma de vivir que nos aleja de nuestro ser esencial.

El abordaje del tema desde lo psíquico y lo espiritual, pensamos que es necesario, pues hacerlo sólo desde un punto de vista tan sólo nos dará soluciones parciales y por lo tanto ineficaces.

Los ponentes invitados son: Francisco Javier Sancho, Maribel Rodríguez,   Enrique Galán, Joaquín García Alandete, José Francisco Gallego Pérez, Juan Martín Velasco, Miguel García Baró, Werner Meinhold, Raquel Torrent y Mariano Betés.

Además, queremos incluir talleres en los que se aborde la cuestión de una forma práctica.


Espero que el tema suscite interés y participación y la estupenda experiencia que pudimos vivir la otra vez, se repita o incluso pueda mejorar. 

martes, 16 de noviembre de 2010

ESTUPENDA PELÍCULA: EL SECRETO DE KELLS


He visto recientemente una película sorprendente y estimulante, en muchos sentidos. Curiosamente se trata de una película de dibujos animados, pero no es una película de dibujos animados para niños. O no sólo para niños… Se titula El secreto de Kells.

En esta película se ve la vida de unos monjes que comparten sus vidas. El abad está preocupado porque los muros que protegen su lugar de residencia, se estén reforzando sin tregua, por el temor de ser invadidos por los vikingos, que parecen representar las fuerzas del mal o del lado oscuro. Todo el miedo del abad, por reforzar los muros, ahoga la iniciativa y la fuerza espiritual de los demás y muy especialmente del monje-niño (Kells), que tiene  grandes inquietudes. Al lugar llega un monje sabio que estimula aún más la búsqueda de Kells y le incita a traspasar los muros, llevándose éste muchas sorpresas, más allá de los mismos. El sabio lleva consigo un libro muy especial, que parece contener secretos misteriosos, que revitalizan el espíritu, provocan y hacen crecer a las personas. Por eso, es fundamental preservarlo y cuidarlo, a la vez que ampliar la obra, concluyendo la mejor de sus partes, las hojas que aún no están escritas.

La historia parece reflejar una búsqueda de uno mismo más allá de sus muros de contención personales, en los que la personalidad, para crecer, ha de traspasar los estrechos límites de lo que cree que es lo correcto y quién es su yo (reflejado en los muros), para explorar lo inconsciente, el potencial, lo mágico, la creatividad, etc. También nos puede invitar a reflexionar sobre como es la educación, en la que más que potenciarse el crecimiento humano, se enseña a crear muros con respecto al mundo, a los demás y a uno mismo. Alienándose así a muchas personas, desde el comienzo de sus vidas.

El libro representa lo sagrado y la sabiduría más profunda del ser humano, que para que transmita su riqueza no ha de ser encerrado y sepultado, sino llevado al mundo para transmitir su buena noticia. 

El “libro de Kells” es un libro que realmente ha existido, que ha sido realizado por monjes celtas sobre el año 800, en Irlanda, siendo un libro emblemático dentro del arte religioso medieval.

En la película Kells se encuentra en el bosque con lobos, un hada buena, el enfrentamiento con la oscuridad, la conexión con la naturaleza y otra serie de elementos simbólicos del crecimiento interior.

Otro punto a tener en cuenta, son sus magníficos dibujos, llenos de belleza y sencillez a un tiempo.

Y no quiero contar más, por no estropearos la película. Solamente animaros a verla. 

Aquí dejo una pequeña muestra:

martes, 9 de noviembre de 2010

REFLEXIONES SOBRE EL VAMPIRISMO EMOCIONAL

Hace unos días leí una entrada de un blog, sobre el vampirismo emocional, que me resultó interesante. Aunque este no sea un concepto muy científico, la idea de un vampirismo emocional, seguramente nos resuene a casi todos, como parte de nuestra experiencia, en algún momento de nuestras vidas. Casi todo el mundo se ha encontrado alguna vez con personas aprovechadas o descaradas, y seguramente que también, con algún “vampiro emocional”. Es decir, ese tipo de personas que no sabemos por qué, nos dejan cansadas, de mal humor o con la sensación de haber hecho algo que realmente no queríamos hacer. Si no nos paramos a pensar, es posible que no nos demos mucha cuenta de lo que está pasando y que caigamos una y otra vez en la trampa del otro, que la mayoría de las veces, ni siquiera es consciente de lo que hace. 

Cuando se habla de ese vampirismo, se suele culpabilizar a los "vampiros", sin ser muy conscientes de que el principal cómplice es la propia víctima (también sin mucha consciencia), por tolerar y aceptar el abuso o el maltrato de quién le vampiriza. Captar la dinámica y romperla, cuando se da, no resulta fácil, pues parece ser necesario hacer un acopio de energía superior al de aguantar al vampiro, pero lo que suele venir, cuando se genera el desenmascare del otro o se genera una sana distancia, es un recargue de pilas y un gran alivio. 

Como en muchas dinámicas humanas es fácil culpabilizar a una parte, sin ver la propia responsabilidad en la tolerancia de algo que resulta abusivo. La víctima del vampiro, quizás, inconscientemente, alimente algo de vampiro en su interior y por eso, enfrentarse a ello y ver por qué se es cómplice del abuso, puede resultar muy útil e ilustrativo. 


En nuestra educación no se nos enseña a manejarnos con estas cosas, ni tampoco nadie nos dice como romper una dinámica de abuso de cualquier tipo. Hacen falta altas dosis de intuición y de fuerza para salir de los chantajes emocionales, sensaciones de compromiso u obligación con los otros, etc. 

Además, sin darnos cuenta, en un momento malo, de bajón, de inseguridad, etc. ¿No es posible que los no vampiros nos convirtamos en vampiros? ¿Pasará como en las películas de Drácula, que una mordedura de vampiro le convierte a uno también en vampiro? Quién sabe... Mejor aprender a poner los límites claros y curarse en salud… Y si es posible, contribuir a la curación del vampirismo, no a estacazos, sino ayudando a las personas a que sean más conscientes de lo que hacen sin perder la empatía y el amor (quizás sea más eficaz ante el vampirismo que los ajos, o no…). 

El tema me ha dado que pensar a raíz de la lectura del interesante escrito de Marcela Paz Peña Sarmiento, que podéis encontrar en su blog: http://poderdenuestramente.blogspot.com/2010/10/vampiros-emocionales.html 

martes, 2 de noviembre de 2010

¿SOMOS EGOÍSTAS SI ESPERAMOS ALGO DE LOS DEMÁS?



La mayoría de la gente, supone que los demás han de ser como ellos esperan. Se generan unas expectativas, en las que los otros han de ser buenos amigos, ayudarnos cuando lo necesitemos, respondernos cuando queremos que nos respondan, pensar en nosotros como nosotros pensamos en ellos o incluso más de lo que nosotros pensamos en ellos, felicitarnos por nuestros cumpleaños, asistir a nuestras celebraciones y pasarlo bien ellas, asistir con una sonrisa a las celebraciones familiares, etc. En las relaciones de pareja o en las familiares esto se ve con mayor intensidad, pues en dichas relaciones las expectativas se multiplican, acrecentándose los conflictos. Los hijos han de ser “buenos” según la idea de bondad de sus padres, estudiar lo que los padres esperan, redimir a sus familias, cumplir los deseos paternos e incluso ser "teledirigidos" por ellos, de tal forma, que si esto no sucede, sus hijos son “malos”; solamente por no entrar en el “molde” o en el esquema de comportamiento que se les impone. Esto queda magistralmente reflejado en la película La cinta blanca.

En las parejas, el otro miembro de la misma ha de estar a disposición del otro, resolver sus problemas, tapar sus vacíos, darle la felicidad o convertirle en un ser completo, pues como uno se siente media naranja, en lugar de fabricar una entera, se busca otro que está hecho a mitad, que le complemente y satisfaga en sus anhelos más profundos. De tal manera, que si el otro no es el dios anhelado y salvador, uno se siente traicionado. Y peor aún, si uno no es de su propiedad, “mío”, es un traidor, no es amoroso o es egoísta. 

Mi pregunta ahora es sobre quién es el verdadero egoísta o quién es más egoísta. El que impone su propio criterio de la verdad, o quién busca ser libre o ser él mismo. Evidentemente no se puede ser libre sin responsabilidad y sin consideración hacia otros, pero tampoco es legítimo convertir a nuestros semejantes en esclavos a los que instrumentalizamos y que han de cumplir nuestros deseos, como si fueran muñecos teledirigidos. Ser padres, o parejas de alguien, no implica que ellos están ahí para satisfacer todo lo que queramos de ellos, por la vinculación que nos liga a ellos. Eso no es más que egoísmo que a su vez limita al que ata a otros, con sus expectativas. Quién no deja crecer a otros, se está autolimitando, al no encargarse de su propio malestar o al esperar que la solución a sus problemas esté en las actitudes ajenas, en lugar de trabajar con su propia sustancia para limpiarla y transformarla. 

El escritor Sormerset Maugham, describe muy bien todo esto, en su novela El estrecho rincón (p.233), al decir, en boca de una joven, cuyo pretendiente se suicidó, por no ser correspondido por ella: 

“¿Qué derecho tiene la gente de hacerse una imagen de acuerdo a su gusto e imponérsela a uno y molestarse si no encaja? Quería apresarme en su ideal. No le importaba quién era yo. No me aceptaba como soy. Quería poseer mi alma, y como sentía que había en alguna parte de mí algo que se le escapaba, trató de sustituir esa pequeña chispa interior que soy yo con un fantasma de su propia imaginación” 

“Se hizo una imagen de mí y yo tenía que encajar en ella. El quería, también, apresarme en su sueño. Era un sueño distinto, pero era su sueño” 

“No quiero soñar el sueño de nadie más. Quiero soñar el mío”. 

Su lúcida protesta, se pone de manifiesto a través de sus propias palabras. 

Reflexionemos un poco sobre la libertad real y sobre romper las cadenas que nos atan a nosotros mismos y a nuestras expectativas sobre otros. Si esclavizamos o pretendemos esclavizar a otros, es porque de alguna forma, somos esclavos de nosotros mismos.