sábado, 26 de marzo de 2011

“SALVAR EL MUNDO” SIN DAÑAR



Quizás resulte paradójico este último título en mi blog, pues ¿cómo es eso de "salvar" sin dañar? ¿No suena a obviedad? Pues efectivamente, pero como la naturaleza humana es paradójica y contradictoria, hay que recordar el camino obvio de vez en cuando.

Me he planteado dedicar unas líneas a esta cuestión por ciertos fenómenos que vengo observando casi desde que tengo uso de razón. ¿Y cuáles son dichos fenómenos? Pues aquellos en los que observo a personas que se dedican a hacer algo altruista, filantrópico, humanitario, etc. y a la vez muestran la actitud opuesta, de ejercer un daño directo a otros seres humanos, como pueden ser aquéllos con quienes hay una relación más inmediata. Por ejemplo, cuando era estudiante de Medicina a veces me sorprendía que algunos compañeros, que querían dedicar su vida a ayudar al prójimo, sentían un tremendo desprecio por otros seres humanos, lo que se manifestaba en diferentes actitudes de maltrato o desprecio hacia sus congéneres (colegas o pacientes). Pude observar lo mismo en voluntarios de ONGs, religiosos, enfermeros, miembros de asociaciones filantrópicas, etc.

Inicialmente intentaba no prestar atención a tan extraño fenómeno (pues me resultaba bastante molesto), pero con los años la evidencia ha sido más fuerte que mi desatención. He ido comprobando, más manifestaciones de estos comportamientos tan contradictorios, en conductas como: dedicarse al voluntariado y darle un puntapié al mendigo de la esquina, dar dinero para las misiones y tratar con desprecio a los inmigrantes del mismo país al que iban destinados los donativos, defender valores espirituales y mostrar una vida centrada en valores materiales, defender la honestidad a capa y espada mintiendo, hablar de diálogo sin escuchar, dedicar grandes sumas de dinero a una causa “noble” a la vez que se mostraban actitudes miserables con los propios colaboradores, ser sindicalista y tener asalariados sin contrato y sin seguridad social, hablar de generosidad desde el más acérrimo egoísmo, defender el bien cortando cabezas, o pedir respeto sin respetar a los demás, etc.

Paradójicamente, al mismo tiempo, me encontraba con personas que alardeaban de egoísmo y de materialismo y dispuestas a ayudar ante las necesidades ajenas, con personas cuya vida se centraba en el racionalismo que se dejaban conmover por los sentimientos o a ateos fascinados por la mística.

La conclusión más sencilla podría ser que las cosas no son lo que parecen y que las personas, no saben ni quienes son, ni como son. Pero hay más, también he descubierto el peligro de los egos de los “salvadores del mundo”. Que son, por ejemplo, personas aparentemente generosas, altruistas, entregadas a una causa, con la que seducen, atraen y captan colaboradores a los que no les viene a mal explotar, pues el fin justifica los medios. Ese tipo de ego, que llamaba una buena amiga “el ego del espiritual”, como uno de los más terribles, es algo con lo que todos alguna vez hemos tenido que bregar al encontrarnos con sujetos víctimas de este terrible mal.

Dicho ego del espiritual, parece que, al ser “etéreo” no es captado ni por quién lo posee, siendo éste “poseído” por él, en el sentido de no darse cuenta de que detrás de sus acciones filantrópicas hay necesidad de protagonismo, de sentirse salvador del mundo, de salir en las fotos o de ponerse unas medallas. Lamentablemente estos salen más en las fotos que personas que realmente dan su vida por los demás, sin necesidad de ser vistos en ninguna foto, o incluso apartándose de los flashes de los fotógrafos.

En relación a lo dicho, me parece importante que no nos dejemos engañar por apariencias de “amor al prójimo” y que no cerremos los ojos a los verdaderos héroes anónimos, que dan la vida todos los días por los demás, que aman cada brizna de hierba de este mundo y más aún a sus congéneres y que seguramente, aunque no nos lo digan en los medios, ayudan de verdad, a que este mundo no se vaya al garete.

Ellos sí salvan al mundo sin dañar, pues lo hacen con amor, con un amor que les mueve sin más desde lo más profundo de sí mismos, dándoles alegría, serenidad y gratitud por el mero hecho de dar su pequeña o gran aportación a los otros. Para ellos, ser ellos mismos es dejarse llevar por ese Amor que les mueve desde lo más hondo, a darse y a dar su vida por los otros, en cada cosa que hacen, sea lo que sea lo que hagan, pues su vocación es vivir en el Ser y no en el hacer.

Gracias a todos ellos, allá a donde estén y gracias al Espíritu que permite que haya corazones grandes, limpios y puros que nos provocan a seguirles y a caminar junto a ellos humildemente en la sombra que iluminan con su presencia vibrante. Que podamos tener ojos para verles y la suficiente sabiduría y humildad para seguirles.

11 comentarios:

Charo dijo...

Me parece realmente interesante lo que dices, Maribelium. Yo hace tiempo que estas cosas las percibía, es una curiosa dicotomía de la personalidad.
Muchas gracias y enhorabuena por tu blog.
Charo

Pablo dijo...

En pequeña escala creo que es algo que nos pasa a todos, a mí al menos me pasa, que hago o pienso cosas contradictorias en sí misma, y la única razón que le encuentro son las diferentes voces y estados de desarrollo que todos llevamos dentro. Supongo que cuando dejan de verse entre sí, es cuando puede ser un generoso desde el más accérimo egoismo o defender el bien cortando cabezas.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Interesante tema. Parece existir una contradicción cósmica en el ser Humano entre lo que dice y lo que hace, entre lo que enseña y lo que esconde, entre la imagen y la realidad. Personalmente me gusta enfocarlo desde otro Angulo, digamos que el ser humano solo puede actuar ejemplarmente sin importar lo que haga ni en cantidad ni en calidad que a la postre, es la parte espurea, siendo en un mundo interconectado imposible catalogarlos ni cuantificarlos, todo acto que surge del amor, el resto de actos desde los mas nobles a los mas sórdidos parten de raíz de la falta del mismo, dicho de otro modo aquí todos somos deficientes o eficientes en la medida que la persona y solo ella es capaz de conocer que le mueve en sus actos.., es una pregunta autoreflexiva que queda en el ámbito propio y no es exportable. Amor como energía constructiva, falta de amor como carencia energética que necesita mediante actos egoístas chuparla y recobrar niveles de energía para equilibrarse. La falta de Amor al que mas daño hace es a uno mismo, el que sobre energía al que mas beneficia es al que la tiene. Para que fluya el que tiene da y nosotros le llamamos servicio, pero es una simple cuestión químico_física, y el que no la tiene necesita para mantener el orden vampirizarla, y las formas pueden llegar a ser tan sutiles que a mi personalmente no me importa córtales la cabeza, o clavarles una estaca en el corazón......, eso no es un acto de amor, es una acto de defensa del poco o mucho amor que pueda llegar acumular......, en mi beneficio, y ese beneficio siempre se vuelca en servicio.....

La contradiccion empieza a equilibrarse en el momento que se empieza por reconocer que la busqueda energetica del amor comienza en el propio provecho egoista, luego la ley del amor se expande y ayuda.........eso viene de serie.

Juan Manuel

Maribel Rodríguez dijo...

Muchas gracias Charo, eres muy amable.

Pablo, es cierto que todos podemos caer en esto alguna vez, a pequeña escala y momentáneamente. El problema es más serio cuando es una dinámica habitual.

Juan Manuel, me parece muy acertado lo que dices de la falta de amor y sobre el reequilibrio de la contradicción mediante la consciencia.

Saludos a todos

Maribel

Psicología Junguiana dijo...

Hola Maribel:

Hace no mucho hice una entrada hablando de lo mismo, a raíz de unos mensajes de correo electrónico que estaba recibiendo, de personas que querían ayudar a los demás, pero sin tener en cuenta que, antes de hacer esto, debían ayudarse a si mismo. En cierto modo, me percaté de que estaban tratando de ayudar a los demás, como estrategia de defensa para no entrar a conocerse ellos mismos. Claro, el acceso a lo inconsciente, el contacto con la sombra, es una auténtica humillación para el ego. Y sólo tras la humillación, puede adquirirse la humildad necesaria para trabajar en la toma de consciencia de uno mismo.

En mi novela La Hermandad de los Iniciados me estoy refiriendo precisamente a ese proceso, hablo de la importancia de tomar consciencia de las propias oscuridades, del autoconocimiento (conócete a ti mismo, y conocerás al Universo y a los dioses). Sólo tras ese descenso a los infiernos, puede el individuo ayudar a los demás. Nunca antes.

Un abrazo

José

Moisés Garrido dijo...

Me ha gustado mucho tu última entrada, amiga Maribel. Estoy muy de acuerdo contigo en tu crítica sobre esa actitud hipócrita e incongruente de muchas personas que presumen de religiosas y solidarias. De cara a la galería actúan de una forma diametralmente opuesta a como actúan cuando nadie les ve o sólo les ven sus amigos de más confianza. El que alguien diga que es religioso no significa que necesariamente sea una persona espiritual o altruista. Lo mismo que un ateo no tiene por qué tener una actitud materialista de la vida. Es lo que explica el filósofo André Comte-Sponville en su recomendable obra "El alma del ateísmo". ¡Ojo, por tanto, con las etiquetas, pues muchas veces nos pueden confundir!

Yo también critico mucho a esos "salvadores del mundo" que quieren atraer gente a sus particulares y siempre lucrativos rediles. Quieren cambiar el mundo -o ese es el producto que venden para así inflar su ego- sin empezar a cambiar ellos mismos para evolucionar como seres humanos. Son, sencillamente, sectarios.

Precisamente, y al hilo de tus comentarios finales, viene bien recordar en estos momentos a esos héroes anónimos que están tratando de evitar la fuga radioactiva de las centrales nucleares dañadas por el terremoto de Japón. Se están jugando la vida para salvar las de otros congéneres. Ahí tenemos a personas verdaderamente humanitarias y altruistas. ¡Una profunda lección que debería servir para callar las voces de aquellos sectarios que condenan a quienes no siguen sus "divinas" directrices!

Un saludo,

Moisés

Anónimo dijo...

Jung desarrollo la brillante idea de que no hacer consciente nuestras enormes contradicciones entre lo que se habla y lo que se hace, entre la imagen y lo real, lleva inexorablemente a la expresión del conflicto en el mundo. Tiene mucho "Sentido" que el mundo que vemos sea exactamente igual a lo que somos, como podría ser de otra manera si es la representación de nuestros propios contenidos sobre la realidad, por tanto "Sálvate sin dañarte y salvaras al mundo".., no es tan descabellado lo de ama a tu prójimo como a ti mismo u odia a tu prójimo como te odias a ti mismo..., todo queda en casa, verlo "Conciencia" es solucionarlo.

Juan Manuel

Maribel Rodríguez dijo...

Sí José Antonio, recuerdo tu entrada sobre este tema. Por si a alguien le interesa el link es: http://psicologiaespiritualidad.blogspot.com/search/label/INFLACI%C3%93N

Y evidentemente, es clave eso del autoconocimiento y autoconsciencia.

Moisés, bienvenido por acá. Me alegro mucho de que te haya gustado esta entrada y te agradezco que te hayas animado a participar. Es muy importante eso que dices de no reducir a una persona a una etiqueta y que las cosas son más complejas y ricas de lo que parecen. Y fundamental lo que dices de los héroes anónimos de Japón.

Y sí, Juan Manuel, es muy acertado eso de "salvar sin dañarte" y yo añadiría más, sálvate a ti mismo para poder salvar algo del mundo.

Saludos

Maribel

Sólo Dios basta dijo...

Muy interesante, creo que en la mayoría de los casos no se es consciente de esa actitud contradictoria, y quizá porque en el fondo las actitudes exteriormente buenas en el fondo tienen todavía demasiado de "ego", quizá se buscan más para alimentar al ego que al mendigo...

Maribel Rodríguez dijo...

Muchas gracias, efectivamente no se suele ser consciente de esto. Lo único es que no toda actitud exteriormente buena tiene por qué tener ego, aunque sí cuando se hace alarde de lo bueno. Mostrar lo bueno que es uno, o lo caritativo, o lo amistoso, ante uno mismo o los demás, no es más que una manifestación del ego...

Anónimo dijo...

Ego también es la falta de auto_estima, el complejo de inferioridad, el "Que malo soy....", en cierta manera "Ego" es todo en tanto que hay separación entre el observador y lo observado, "Amor" sin embargo seria lo que elimina esa distancia. Son términos que se autoequilibran, siempre con cierto movimiento. Ego necesita voluntad, se estructura en base a la autoafirmación con respecto al mundo, en el "Amor" sin embargo fluye la acción, en el ofrecer esta la dicha, en la demostración esta la libertad que se autogenera en si misma. En el "Amor" no hay nadie solo "Amor"...., incluso Ego en si mismo es un trocito de "Amor", por que también es heroico en el "Amor a si mismo"...

El Ser Humano tiene/tenemos un problema de autoestima que se compensa o se refuerza que impide que el "Amor" abarque no solamente lo mas próximo, los hijos, la familia, los amigos, la profesión, los sueños propios, las aficiones propias.., tiene un problema de radio de acción, si se tomara el mundo como una cuestión personal que merece ser tan amado como el propio hijo....., se le caería la baba con cualquier cosa.

No se quizás nos encontramos en una etapa dañina y destructiva que trata y tiene como fin dejar que el instinto de supervivencia, poder y placer, maneje las acciones de la mente....., donde el miedo es un síntoma, un muro, sin ese muro igual renace lo que siempre esta, el "Amor".

Juan Manuel