Se ha estrenado recientemente la película Un método peligroso de David Cronenberg. En la misma nos encontramos con una parte de la vida de Jung, que quizás sea la más escabrosa y comercial, para movilizar al público y hacer una película rentable…
Al margen de esto, la película está bien hecha, bien ambientada y resulta bastante bien cinematográficamente. Pero… ¿qué podemos decir desde una perspectiva más humana?
Nos encontramos con un Jung relativamente joven, un tanto ingenuo en cuestiones emocionales y novato en la aplicación del nuevo método psicoanalítico. Después de estudiar sus planteamientos se arriesga a aplicarle el tratamiento a una paciente grave, con síntomas de histeria, conflicto edípico, etc. Lo que Jung desconocía entonces, son los peligros de la transferencia y contratransferencia. Transferencia son los sentimientos del paciente hacia el médico, que son una especie de repetición de sentimientos vividos en la infancia hacia personas significativas (en general padre o madre). Contratransferencia, serían los sentimientos del terapeuta generados por la actitud del paciente, que a su vez, resuenan con los propios conflictos infantiles no resueltos del terapeuta.
En el caso de la historia de Jung nos encontramos con una fuerte transferencia, por parte de su paciente Sabina, hacia él. Se enamora de él y reproduce, en su relación con él, la situación que tenía (subjetivamente) con su padre. Jung, inconsciente de que está siendo “víctima” de una reacción contratransferencial parece verse arrastrado por sus propias emociones, generadas por lo que la paciente espera de él, que reproduzca, en cierto sentido, el papel de su padre. Aparte de esto, no ha de ignorarse que Jung quiere a su paciente y que se preocupa por ella. Esto se ve mejor en la película
Prendimi l’anima, en la que se muestra un Jung más humano y una Sabina más completa y realizada. Me pregunto por qué esta película ha pasado prácticamente desapercibida, pues me parece que muestra mejor la realidad de Jung que
Un método peligroso.
Más de uno ha criticado duramente a Jung por su supuesta inmoralidad, falta de principios, etc. Pero si solo nos quedamos en esto, omitimos una parte importante de la realidad. Jung parece verse “atrapado” en una dinámica completamente irracional, probablemente por haber considerado su método estrictamente dentro del plano racional. La situación transferencial, se da dentro de casi cualquier terapia, pero puede ser mayor en terapias en las que se entra más en el mundo íntimo del paciente. De ahí que posteriormente a estas épocas, el psicoanálisis se planteara la necesidad de que quién quiera ser terapeuta se psicoanalice para arreglar sus “tornillos” flojos, pero también para poder ser más consciente de las dinámicas transferenciales y poderlas controlar. También, posteriormente se planteó la necesidad de marcar límites más nítidos en las relaciones con los pacientes, para minimizar las confusiones.
Me pregunto cómo, en las terapias que no requieren ningún tipo de “ajuste de tornillos” a sus terapeutas, se consigue evitar que las limitaciones del terapeuta dañen al paciente, y como se controlan estas dinámicas transferenciales. Dinámicas que no solamente van de enamoramiento, sino que pueden tener que ver con sentimientos negativos irracionales por ambas partes, malentendidos en la relación, etc.
Esta película sobre la vida de Jung, nos ha de hacer reflexionar sobre las limitaciones de los terapeutas, puesto que también somos seres humanos que podemos tener problemas o limitaciones por resolver. Y lo peor no es tenerlas, sino no hacer nada por resolverlas. Lamentablemente, esta historia de Jung con su paciente no es la única que se ha dado en la historia de la psicoterapia y por ello, es bueno que la aprovechemos como revulsivo, para saber lo que no se debe hacer, a la vez que aprendamos a no juzgar las limitaciones ajenas.