sábado, 28 de noviembre de 2009

¿CÓMO ENFRENTARSE AL SUFRIMIENTO?



Hace unos cuantos años, el psiquiatra austriaco y judío Viktor Frankl, escribió un magnífico libro (“El hombre en busca de sentido”), en el que nos da pistas sobre como enfrentarnos al sufrimiento. Las ideas que transmite, en este libro autobiográfico, parten de su experiencia real en varios campos de concentración.

A raíz de la lectura de este libro, extraje, de entre sus líneas, algunas ideas centrales de cómo se puede hacer para afrontar las situaciones de la vida, que hacen sufrir:

1) Cultivar la vida interior. Las personas con una vida interior intensa y rica, soportan mejor el sufrimiento.

2) Tener un espacio para estar con uno mismo, en soledad. Esto tiene que ver con lo anterior porque posibilita el cultivar el espacio interior.

3) Mantener el optimismo y la esperanza en la bondad humana.

4) Tener sentido del humor.

5) Conseguir sentir curiosidad y un distanciamiento mental. Por ejemplo, ante las reacciones que uno tiene, en medio del sufrimiento.

6) Desarrollar imaginación guiada. Ayuda a focalizar la atención en imágenes positivas del pasado, tomando conciencia de que nada puede quitárnoslas.

7) Prestar atención a la belleza de pequeñas cosas cotidianas.

8) Proponerse un objetivo. Buscar alguna meta futura en la que tener fe es una fuente de motivación, es tener un porqué seguir adelante que nos dará las claves para encontrar el cómo.

9) Aprovechar los pequeños golpes de suerte.

10) Concentrar la máxima atención en el momento presente.

11) Comunicarse con otros seres humanos.

12) Ser conscientes del poder del amor, que a Frankl le dio fuerzas para seguir viviendo, al apoyarse en la imagen de los seres queridos.

13) Dar sentido al sufrimiento viéndolo, por ejemplo, como una oportunidad de un logro, de desarrollar la capacidad de soportar, de darle el sentido de que se está experimentando una prueba o desafío, o bien la posibilidad de un desarrollo personal.

14) Buscarle sentido a la propia vida: disfrutando (“valores vivenciales”), haciendo algo (“valores creativos”), ayudando a otros, buscando qué espera la vida de nosotros en forma de acciones concretas en cada situación y para cada persona concreta (“valores de actitud”). Para ello también ayuda la conciencia de una intencionalidad última de todo.

15) Asumir la responsabilidad personal. El estar en una situación de sufrimiento extremo no es excusa para obviar las responsabilidades.

16) Tomar conciencia de la libertad interior y de la capacidad de elección. “El hombre puede conservar un vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física (...) al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas – la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.”

17) Aceptar la provisionalidad de la existencia. Implica tomar conciencia de la propia muerte. Aceptar que somos seres que necesariamente vamos a morir nos proporciona una capacidad de enfrentar las situaciones difíciles desde la perspectiva del que nada tiene que perder.

19) Tolerar la incertidumbre.

20) Lograr una actitud de autotrascendencia. Tiene que ver con apuntar a algo “más allá de sí mismo”.

21) Apoyarse en creencias religiosas (quienes pertenezcan a una religión determinada).

Nota: este tema está más desarrollado en el artículo: "Logoterapia, una ayuda para afrontar la adversidad”. Noblejas de la Flor, M.A.; Rodríguez Fernández, M.I. Aloma. Revista de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte. Junio 2005; 16: 105-116.

viernes, 13 de noviembre de 2009

UNIVERSIDAD DE LA MÍSTICA Y CÁTEDRA EDITH STEIN


Se ha creado en Ávila (la cuna de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz), un nuevo centro, que se llama "Universidad de la Mística". Seguramente, para algunos sonará extraño, esto de la Universidad de la Mística, pues se preguntarán qué carreras se estudian ahí o bien, ¿para qué sirve eso?, o en caso de que la mística tenga alguna utilidad, seguramente la pregunta más lógica es si eso se puede transmitir o estudiar, de una forma académica. Quién sabe… Yo no lo sé... Pero sí sé que el tema de la mística, resulta interesante...

La cuestión es que se ha creado esa Universidad y que por diversas "casualidades" de la vida, me veo subida en ese barco. Me han pedido (y lo he aceptado) que dirija una Cátedra que se llama Edith Stein (en honor a esta filósofa y santa), que trataba de buscar paradigmas integradores en filosofía, para tener una visión más global del hombre y no parcial o reduccionista. del mismo Dicha Cátedra se dedicará sobre todo a cuestiones relacionadas con Psicología y Espiritualidad, desde una concepción filosófica de tipo personalista, es decir, teniendo como centro al ser humano, entendido en su totalidad. Algo que no siempre hace muy bien la psicología.

Desde dicha Cátedra, queremos organizar unas jornadas, dentro de unos meses, dirigidas a personas interesadas, en estas cuestiones, sobre la integración de la espiritualidad, dentro de la Psicología. Como sabemos algunos, la palabra “psique” significa originalmente alma, pero la Psicología se ha olvidado del alma del ser humana y se ha quedado en Logía… Desde este lugar de Castilla, queremos buscar el alma del ser humano, más allá de esquemas, visiones parciales o reduccionismos. Si lo conseguimos o no, aún no lo sé, que lo intentaremos, eso queda por descontado.

A donde va el barco… Dios dirá si se trata de otra “Nave de los locos” o si los místicos realmente nos servirán de inspiración, en la búsqueda de la verdad de la vida, de lo esencial o de lo más profundo del ser humano.

Espero que este nuevo ámbito, sirva de ayuda y de lugar de encuentro, para todos los que tenemos interés en estas cuestiones.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

NUEVO LIBRO "EVOLUCIÓN INTEGRAL"


Ha sido publicado, por fin, el libro “Evolución Integral”. En él, hemos participado diferentes autores, tratando de mostrar diversas perspectivas y aplicaciones, tomando como base el modelo integral de Ken Wilber, pero sin dejar de tener en cuenta hallazgos de otros autores, que nos han parecido relevantes, para exponer nuestras argumentaciones.

En el libro se muestran diversas temáticas y resulta accesible para cualquier lector, que tenga interés en conocer un poco más sobre la realidad, desde un enfoque plural.

En el libro podemos encontrar capítulos sobre: amor y sexualidad, psicología y espiritualidad, mnotivación transpersonal, desarrollo y sombra, viajes interiores, conciencia, relación entre meditación y reacciones cerebrales, prácticas espirituales e integrales, medicina vibracional, reflexiones sobre el “nosotros”, yo-tú, música y Ser Integral, Eneagrama, gestión, consciencia integral y mundo académico, masculino y femenino en el infarto de miocardio, ciborgs, religión, Visión Integral, viajes, algún relato, Educación Integral, diagnóstico en Salud Mental, Modelo Integral y relación entre el yo, el ello y el nosotros.

En resumen, abordamos numerosos temas desde la perspectiva integral, tratando de mostrar aplicaciones de un nuevo paradigma que puede enfocar diversos ámbitos del conocimiento.

Tal y como se muestra en la contraportada del libro: “Este libro es una síntesis didáctica del paradigma Integral propuesto por Ken Wilber, el principal estudioso de la conciencia aplicada a la vida actual. Se trata de una mirada multidisciplinar e integral de la realidad realizada por aquellos que, en habla hispana, se han animado a vivir de manera más consciente tanto su salud, como sus sentimientos, los vínculos con los demás, la espiritualidad y su relación con el medio. Todo ello, desde la medicina, la psicología, la ecología, la empresa, el arte o la ciencia. Y desde el punto de vista de los principales autores españoles y latinoamericanos que trabajan desde hace tiempo con el mapa y la Visión Integral.”

Mi capítulo se titula “¿Es posible un estudio objetivo de la conciencia?” En él trato de abordar esta compleja cuestión desde el ámbito de la ciencia y de la filosofía, reflexionando sobre los diversos enfoques existentes actualmente, ante tan compleja cuestión.

Espero que os resulte de interés.

sábado, 10 de octubre de 2009

EVOLUCIÓN COLECTIVA Y VIVENCIAS RELIGIOSAS (JORNADAS INTEGRALES 2009)




En las próximas Jornadas Integrales, que se celebrarán en Barcelona los días 17 y 18 de Octubre, trataré de exponer algunas ideas sobre el tema: “Evolución colectiva y Vivencias religiosas”. ¿Por qué? Pues porque considero que este es un tema de actualidad, porque según evolucionan los grupos humanos, así evoluciona la humanidad y porque muchos seres humanos experimentan diversos tipos de vivencias religiosas, sean del tipo que sean.

Hablo de vivencias religiosas, entendiendo religioso en su sentido etimológico, es decir, como religare, que significa "unirse con". En el caso de las vivencias religiosas, me estaría refiriendo a toda vivencia que busca la relación con lo trascendente, lo numinoso, lo más sagrado de la vida. Esto no se da necesariamente dentro de un contexto religioso, pero sí se supone que es una de las aspiraciones de las tradiciones religiosas, al menos en su origen, pues buscaban canalizar, estructurar o recuperar o controlar la relación con lo que se consideraba la esencia de todo, es decir, con Dios (si nos situamos en una perspectiva occidental).

Pero… ¿Qué ocurre si se pierde para algunos se pierde el sentido original para el que una religión se fundó y se convierte en un instrumento de manipulación de las colectividades o un instrumento al servicio del poder? ¿Qué ocurre si una tradición religiosa pierde su sentido religioso original? ¿Qué sucede si la religión se queda en formalismos y se pierde su esencia y conexión con lo más sagrado de la vida? ¿Y qué ocurre si se sigue dando esa conexión sagrada pero parece que no?

Y sin centrarnos exclusivamente, en las religiones, ¿Qué ocurre si el hombre pierde la conexión con su historia, con sus raíces? ¿Qué sucede si el ser humano niega o reprime esa necesidad de búsqueda de lo trascendente y la vuelca en cualquier otra cosa? ¿No es posible que convierta en ídolos a los objetos de consumo, a los líderes mediáticos o a la moda del momento o a la misma ciencia?

Por otra parte, parece ser que la pérdida de conexión con la propia biografía genera dolor y neurosis, especialmente si se dejan a un lado los elementos que han resultado dolorosos o traumáticos, en la misma. Puede ser que también, se generaran neurosis si se olvida el origen de la propia historia, como colectividad y si se desconecta del por qué hemos llegado a donde hemos llegado. Y esto no es lo peor, sino que incluso, la máxima desconexión podría llevar a dinámicas psicóticas, invadidas de lo irracional, que se disfrazan de racionales, científicas, humanistas… Es posible, que las religiones y sus miembros, sufran hoy en día de diversas neurosis, y que a su vez, otra parte del género humano, que no se considera religiosa, sufra otra neurosis complementaria. Pues el rechazo visceral, al igual que la devoción incondicional, pueden ser síntomas de que algo no va bien dentro de uno y de su propio grupo de referencia. Cuál es la solución no lo sé, el tema es complejo, pero al menos, sería bueno plantearse algún tratamiento paliativo y pacificador.

Seamos o no religiosos, es probable, que el futuro de la humanidad dependa de cómo encuentra armonía entre diversas tradiciones y visiones del mundo. Seguramente, esto dependa, de cómo seamos capaces de comprender y tolerar otros puntos de vista, siendo capaz de integrar y comprender por qué estamos donde estamos a través del análisis del propio desarrollo histórico. Sin demonizar ni denostar a nadie, pues todos tenemos un papel en el mundo, en la realidad, seamos más o menos conscientes de quienes somos. Y para no demonizar, denostar o querer destruir a nadie, hace falta albergar dentro mucho amor ¿seremos capaces?

Quizás a todos estos que he llamado religiosos (algunos de ellos están dentro de las tradiciones religiosas, otros son los buscadores comprometidos con la verdad y los demás podrían ser todos los que buscan un sentido en la vida), les sea posible una evolución colectiva, a unas vivencias religiosas cada vez más sanas, armónicas y sobre todo, amorosas. Es decir, tendríamos que ser ante todo, místicos equilibrados.

De todo lo mencionado y de más cosas hablaré en las Jornadas Integrales en Barcelona. Unas jornadas que os recomiendo a todos los “religiosos” o buscadores de una unión con lo esencial y lo más verdadero. En ellas, no os diremos cuál es la Verdad, ni pretenderemos ser los “iluminatis” del siglo XXI (espero…), pero sí intentaremos (al menos yo), encontrarnos con otros buscadores y pensadores inquietos para compartir ideas, aportar nuevas reflexiones a la colectividad y compartir ratos agradables con quienes se quieran pasar por allí. Podéis encontrar más información en: http://jornadas.asociacionintegral.es/

jueves, 1 de octubre de 2009

PROGRAMAS DE RADIO DEL VERANO EN LA SER




Por si alguien tiene interés (algunas personas me lo han pedido), he colgado mis intervenciones en radio, de este verano, en la cadena SER, en mi página web. He colgado en primer lugar, los primeros programas. Los iré subiendo poco a poco porque tardan lo suyo en descargarse.

Los temas de los que hablamos en el programa fueron diversos, sobre el sentido de las vacaciones, las neurosis dominicales, el síndrome postvacacional, la hipnosis, etc.

Podéis escucharlos en la dirección http://www.maribelium.com/entrevistas.htm

Dejo aquí abierto este espacio en el blog, por si alguien quiere hacer alguna pregunta, crítica o comentario.

Saludos a todos y gracias por los que habéis mostrado vuestro interés.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

SABIDURÍA GARANTIZADA



Hace unos años vi una película que tenía el título “Sabiduría garantizada”. Me resultó muy interesante, por diversos motivos. La historia iba de unos alemanes bastante atormentados por sus vidas y sus propias incoherencias, que se encontraban en búsqueda de soluciones para los problemas de su existencia. Para resolver sus temas, viajaban a un monasterio Zen en Japón y en el camino sufrían diversas peripecias. Una vez en el monasterio, se exponían a una serie de sacrificios, que no harían por nada ni por nadie en su país natal, pues ahí se suponía que estaba la solución…

Traigo a colación la película, por el tema de la sabiduría, del que hemos estado debatiendo en mi post anterior. El tema de la sabiduría, es de por sí interesante, atractivo, estimulante... Pero la cuestión fundamental, es sobre como alcanzarla, para no llegar a pensar eso que dijo alguien: “el saber me persigue, pero yo soy más rápido”. Esperemos no ser más rápidos con nuestras ignorancias, nuestros miedos o nuestros condicionamientos. O no ser tan ignorantes, que ni siquiera aspiremos a saber nada que nos ayude a ser un poquito más sabios y más conscientes de lo que realmente nos puede hacer mejores para nosotros mismos y para los demás. O lo que es peor, esperemos no ser tan estúpidos que nos creamos ya sabios.

Volviendo a la película, el título me volvió a la mente, dando vueltas a la cuestión de la sabiduría. Hoy en día proliferan gurús por doquier, que nos venden “trucos”, estrategias, métodos, prácticas que nos transforman, etc., para llegar a la sabiduría. Es decir, que si seguimos el camino de tal o cuál gurú, de tal o cuál secta, se supone que llegaremos a ser más sabios… Y además, se supone, que los que nos guían en ese camino hacia la “sabiduría garantizada”, ya son sabios. No puedo evitar tener mis dudas… Y me pregunto, ¿qué mueve realmente a un ser humano a crear un método, una escuela o un camino hacia la sabiduría? ¿No puede ser más bien la propia inseguridad en lo propio lo que les motive a querer guiar u orientar a los demás, para confirmar su propio método? Pues si alguien necesita convencer a los demás de algo, será que no está muy convencido ¿no?

Sabemos que numerosos sabios, crearon escuelas a su pesar, pues muchas personas reclamaban sus enseñanzas, pero que ellos mismos eran humildes, pues señalaban no saber nada (al modo de Sócrates) o ponían de manifiesto el error que supone querer ser maestro de alguien que no sea uno mismo (al modo de Krishnamurti). Muchas personas, cuando llegan a cierto nivel, se dan cuenta de que enseñar ciertas cuestiones de la vida no es sencillo, que es absurdo pretender cambiar la vida de los demás, y que aunque se puede ayudar, no tiene sentido imponer verdades, inculcar métodos o pretender tener el método que proporciona la garantía de ser sabios. De hecho, hay maestros (como algunos lamas tibetanos), que ponen importantes trabas a sus discípulos antes de enseñarles, pues antes quieren comprobar cuál es el grado de compromiso y de interés del que aspira a encontrar un determinado camino de sabiduría. Pues como señaló muy bien Somerset Maugham en su novela “El filo de la navaja”, “el camino hacia la verdad es estrecho y afilado como el filo de una navaja”. Y como muy bien señaló otro “ningun camino fácil lleva lejos”. ¿Será verdad?

Al margen de todas estas disquisiciones, os recomiendo la película, pues no tiene desperdicio…

lunes, 14 de septiembre de 2009

AUTORIDAD MORAL Y SABIDURÍA


Ambos, son términos que se usan con frecuencia, para designar a las personas que se supone que poseen cualidades que nos ponen de manifiesto un ejemplo a imitar, o que con su actitud nos muestran una meta a alcanzar. Pero no se trata de una meta material, sino la meta de encontrarnos con nosotros mismos y con el sentido último de la realidad. Cuando decimos que una persona tiene autoridad moral o sabiduría, esta afirmación nos surge de una forma intuitiva e inmediata, porque se capta de una forma, en general, tan clara, que toda argumentación resulta superflua. Parece que quién posee dicha “autoridad moral” o “sabiduría” está imbuido de una especie de halo que nos inspira o nos empuja a la búsqueda de una verdad superior.

Hace un rato, apareció en mi mente, la reflexión de por qué hay personas con una gran sabiduría interior, que no tienen formación académica superior o que incluso son casi analfabetas. También me hacía la pregunta de porqué se puede dar la situación opuesta. La de personas con una amplia formación académica, con más de una carrera, doctorados, cátedras, miles de libros leídos y con tan poca sabiduría y conocimiento de la vida real.

Me parece que dicha sabiduría se ve reflejada en la capacidad de las personas de ser felices, de poder empáticos con los demás, de hacer juicios adecuados sobre la realidad (que se salgan de cuestiones intelectuales), de hacer elecciones de vida que lleven a estar en paz, armonía y equilibrio consigo mismos. Pero esta sabiduría, no se estudia en ningún centro educativo oficial (desconozco los cauces extraoficiales). Una persona puede llegar a vieja, después de haberse matado a estudiar, sin saber muy bien por qué y no haber encontrado sabiduría, equilibrio, ecuanimidad, capacidad de compasión, paz interior, etc. Es más, puede haberse matado a estudiar y a memorizar libros, a hacer publicaciones, conferencias, etc. sin tener ni idea de para qué es la vida ni de para qué está en este mundo. Sin haber intuido o no haber querido intuir que su vida es lo que quiera hacer de ella y que puede ser más feliz, renunciando al deseo infantil de escalar puestos, tener medallas o acumular títulos.

Me pregunto por qué la enseñanza reglada, se preocupa tanto de enseñar diversas materias, que evidentemente pueden ser prácticas y entrenan nuestras neuronas, pero que no sirven para muchos aspectos de la vida. Y sin embargo, dicha enseñanza apenas se ocupa, de enseñarnos a buscar el sentido de la vida, de mostrarnos el camino para conocernos a nosotros mismos, o para a amarnos a nosotros mismos y a los demás, ni para reflexionar sobre qué es esta realidad en la que estamos y sobre cuál es su origen. Todas ellas me parecen cuestiones fundamentales, cuya respuesta está más en el interior de cada ser humano y en seguir las enseñanzas de los verdaderos sabios. Esto me parece mucho más importante que aprender diversos datos, hacer complejas fórmulas matemáticas, elaborar diseños con tiralíneas o realizar diversos ejercicios gimnásticos mentales o físicos. A veces me da la sensación de que la educación y la cultura han perdido su alma y su corazón y que el objetivo para el que surgieron se olvidó hace ya mucho tiempo. Quizás es más útil que sea así, porque de esta forma, hay menos probabilidades de que las personas piensen con sentido común o con libertad y así no piensan, critican o luchan por un mundo mejor, sino que se convierten en meros engranajes bien entrenados para formar parte de la maquinaria del sistema social, en el que estamos inmersos. Pero ¿quién crea ese sistema que se supone que nos quiere convertir en engranajes? ¿Acaso no lo creamos también nosotros?

jueves, 30 de julio de 2009

COSAS DE LA RADIO



Este verano, un amigo me preguntó que si me apetecía colaborar en un programa de la radio, en una sección del mismo sobre cosas de psicología. De entrada no me pareció mal y dado que en estas fechas dispongo de algo más de tiempo, pensé que era una posibilidad de hacer algo interesante y tal vez de aportar alguna cosa que pudiera ayudar a la gente.

Una vez que hablé con el responsable del programa, su voz me transmitió buenas “vibraciones” y sus ideas me resultaron atractivas. ¿Me hipnotizó? Tal vez… Pensé que por qué no… Que el participar en un medio como ese era una experiencia más y que de alguna manera, tal vez se pudiera aportar así algo. Y que conste que en general me escapo de eso de participar en los medios…

Una vez allí, la persona responsable del programa confirmó mi impresión positiva inicial y la primera vez que grabamos, me daba la sensación de estar de charla con unos amigos. Fue muy agradable y divertido. Grabamos unos fragmentos para programas de tres días que no iba a poder estar. De hecho, comenté poco después a alguien que “eso de la radio es divertido”. Hasta me daba que pensar si yo no tenía que haberme planteado alguna vez en la vida dedicarme a algo de eso. Los de la radio me habían “hipnotizado” y tenía ganas de más. Hasta me replanteaba mi vocación… ¡Qué fuerte!

Después vino otra experiencia; la del directo. Tocaba intervención con Anthony Blake, un señor cuyo nombre me sonaba a que debía ser famoso, pero del que no sabía prácticamente nada. Me sonaba a algo de magos… Así que, como ignorante del mundo de los famosos, me metí a bucear un poco por Internet para conocer un poquito más de mi interlocutor y no me sonó mal. Es un señor que se dedica a hacer espectáculos de “mentalismo” (una especie de ilusionismo) y que por suerte, es muy crítico con el uso lúdico de la hipnosis. Como yo misma, opina que se cometen muchos abusos sobre los que participan en ciertos espectáculos de hipnosis, pues se les ridiculiza. Yo añadiría, que además, no se les informa de los riesgos que pueden correr al exponerse a semejante situación. Antes de hacer una hipnosis a alguien hay que hacer una buena historia médica y psiquiátrica para tener claro lo que se va a hacer y con qué fin. Si esto no se hace así, se pueden remover cosas en la gente, y encima, hacerles sacar su intimidad delante de los demás, sin ningún tipo de cuidado. Algo carente de un mínimo de criterio ético.

Volviendo al programa en directo, os cuento, que este señor intervino por teléfono y no paraba de hablar. Se le veía bastante entusiasmado y animado. Lo difícil era meter baza. Yo tengo una cierta práctica en eso de meter baza por mi profesión, pues meto la cuña cuando el otro coge aire, o se despista un instante. Pero este hombre tengo mis dudas de si respiraba o no. No obstante seguía vivo, así que algo debió de respirar. Pese a esta pequeña inconveniencia, fue una charla amena y divertida. Me entraban ganas de seguir hablando horas y horas de las diversas cuestiones que iban saliendo.

Después de la intervención de Mr. Blake, hablamos de otras cuestiones. De diferencias entre psicólogos y psiquiatras, de cómo es la gente que va a mi consulta (y yo dije que estaban mejor que la media, porque reconocen que tienen un problema y se ocupan en resolverlo), de cómo es mi consulta, etc.

Lo mejor de todo es que paso una hora y parecían que habían pasado 5 minutos. Una vez más, los de la radio me habían hipnotizado. ¡Y yo sin enterarme! Estos sí que son expertos en hipnosis. A su lado no soy más que una mera aprendiz.

Como me he quedado hipnotizada por la radio, os cuento que seguiré hasta septiembre. ¡He picado! Si me queréis acompañar algún día mientras ando por allí, si estáis en Madrid me podéis escuchar directamente en la Cadena Ser y si estáis fuera, podéis escucharme por Internet en http://www.cadenaser.com/ (una vez ahí, veréis que arriba a la izquierda se ve un botón amarillo sobre el fondo azul, que pone “oir”). Podéis escucharme los martes del verano entre las 19 y las 20 h.

Saludos a todos y buen verano

sábado, 25 de julio de 2009

"CULEBRONES"




Hoy me ha dado que pensar el término "culebrones". Después de escuchar un conflicto, que se estaba dando dentro de una familia, una de las personas implicadas dijo “menudo culebrón”. Al decirlo me vino a la mente una culebra grande o una especie de dragón amenazante, que tenía liados a los que se estaban montando líos unos a otros. Me vino de ahí la pregunta de si quién inventó ese término lo acuñó teniendo en cuenta las connotaciones simbólicas de lo que es una serpiente, un ser perverso que enreda y confunde y que a la vez puede ponernos pruebas. Además, en el caso de los dragones, al luchar contra ellos conseguiríamos el tesoro que custodian. En el caso de las serpientes, parece ser que podrían estar ahí para liarnos y embrollarnos, pero quizás nos lían por algo que nos cueste ver o descubrir o porque nuestra propia sombra e inconsciencia se deja engañar por ellas…

Quién sabe…

A raíz de todo esto, me venían después las famosas frases de Rilke en las que dice:

“Quizá todos los dragones de nuestra vida son princesas que esperan solo es, vernos una vez hermosos y valientes. Quizá todo lo espantoso, en su más profunda base, es lo inerme, lo que quiere auxilio de nosotros”.

Es decir, que aquello que parece un dragón amenazante (ese “culebrón” del que hablé en un principio) sea en realidad una prueba para tomar consciencia de nuestra propia fragilidad y la de los demás, para ejercitar la compasión, la comprensión y el perdón y no enredarnos en malentendidos y confusiones (a veces tan difícil)…

Y ¿qué pasaría si detrás del dragón hubiera unos hilos escondidos de un Ser supremo que nos ama y sólo pretende entrenarnos, mantenernos fuertes y despiertos? Y ¿qué pasaría si cada prueba superada fuera estar cada vez más puliditos, relucientes y conscientes? ¿Qué pasaría si en lugar de ver en dragón en el otro nos diéramos cuenta de que también está en nosotros mismos y pudiéramos así vencerlo? ¿Y qué pasaría si detrás del dragón hubiese una gran herida que se protege dando sustos y mucho miedo?

Quién sabe…

miércoles, 24 de junio de 2009

MANIPULACIÓN Y AMOR



Todo ser humano se ha sentido alguna vez manipulado por otro y es probable que también consciente o inconscientemente, haya manipulado, a su vez, a los demás. De forma intuitiva, sabemos qué es eso de manipular o sentirse manipulado, ya que es fuente de conflictos y malestar. Cuando alguien nos manipula, nos sentimos engañados, cansados, como sin energías, con sensación de que hay algo que no está funcionando bien y es injusto. En el ámbito familiar y en el de la pareja es en los que se hace más patente la cuestión de la manipulación, pero también son ámbitos en los que cuesta reconocerlo e identificarlo, pues decir que una madre es manipuladora suena a acusación hacia la buena madre que nos ha cuidado y queremos y se supone que nos quiere. Lo mismo sucede en el ámbito de la pareja, si yo le quiero o él o ella me quiere, ¿cómo se va a dar la manipulación? Pues sí se da. En principio no tiene que ver con quererse o no quererse, sino vivir la relación desde un amor egoísta o con que en ciertos momentos de la vida, se manifiestan partes egoístas o infantiles de nosotros mismos. Normalmente, estas partes egoístas se suelen expresar en momentos de más sufrimiento y vulnerabilidad, en los que uno cree que ya no se puede hacer mucho desde la parte más adulta y se queda en la parte de uno más de niño, que sólo se sabe quejar y que le solucionen los problemas.

También hay que tener en cuenta, que en general se manipula a otro desde la inconsciencia y desde la idea de que uno está pidiendo algo legítimo y que el fin justifica los medios. Por ejemplo, sería el caso de quién pretende que le quieran dando pena, quejándose exageradamente para llamar así la atención de la persona de la que quiere obtener el cariño, en lugar de decir simplemente que se quiere sentir el cariño del otro. Aunque una opción más sana sería expresar el cariño que se siente por el otro y dejar que el otro libremente exprese lo que realmente sienta. Libremente quiere decir que el otro no está obligado a darnos nada aunque le estemos dando algo. Porque si damos para que nos den, también es una manipulación. La opción más sana sería dar desde la libertad, desde lo que se siente, sin imponer o controlar lo que ha de sentir la otra persona. Dar desde la libertad quiere decir que me sale de mi interior expresar algo y que a la otra persona también le puede o no salir algo desde el interior. Seguramente, esta opción le puede dar vértigo a más de uno, porque se supone que a todos nos gusta que nos quieran, pero también se supone que queremos que nos quieran de verdad. Paradójicamente, cuando más libres nos sentimos de dar, más recibimos. Cuanto menos esperamos que nos devuelvan algo que estamos dando, más vuelve a nosotros y de una forma multiplicada. Se trataría entonces, de tratar de confiar y no depender de afectos ajenos. Para ello hacen falta grandes dosis de madurez y de amor por uno mismo. Si nos amamos a nosotros mismos, es más fácil que podamos amar a otros desde la libertad y no estemos esperando que nos den algo a cambio. Es más enriquecedor dar, expresar, compartir desde un corazón que se siente o se va sintiendo seguro. Nadie puede darnos esa seguridad. En la infancia es cierto que los padres nos han condicionado, en algún sentido, pues la seguridad básica nos ayudan a construirla ellos. Pero una vez que somos adultos y padres potenciales, somos nosotros los que nos hemos de ocupar de nuestro niño interior herido. Algo que también, para quienes crean en una realidad trascendente se puede fortalecer, desde la consciencia de que hay una Madre-Padre Dios que nos sana y sostiene. Esto también se debe vivir desde la libertad de no ser dependientes de lo que nos gustaría que fuera la realidad trascendente. En este punto también estamos tentados de manipular a Dios para mantenernos en un estado infantil en el que le decimos qué es lo que tiene que hacer con nuestra vida, en el que negociamos con artimañas lo que toca darnos o no darnos, en el que pedimos deseos como si los pidiéramos a nuestra hada madrina o le condenamos cuando no hacemos lo que quiere desde nuestra parte más infantil y egoísta...

Es importante ser consciente de la propia vulnerabilidad para sanarla y trascenderla, pues así es posible amar sin esperar, relacionarnos sin manipular y disfrutar de verdad de la vida con libertad.

Que cada cuál piense desde donde vive, desde lo que da o desde lo que está pidiendo... Si actúa abierto a la vida o queriéndola controlar y manipular a su antojo. Si al menos lo piensa y se va haciendo consciente, ya puede empezar a labrar el camino hacia su propia libertad y hacia un amor más real, profundo y maduro. Lo creáis o no, es posible…

martes, 2 de junio de 2009

VENEZUELA Y YO



Hay momentos o vivencias de nuestra existencia que quedan grabadas para siempre en nuestros corazones, que nos tocan, conmueven o transforman. Algunos por su intensidad, otros por su sencillez, otros no sabemos por qué... Pero el hecho es que ahí están y nos dan fuerzas, nos guían y nos impelen a buscar más de una felicidad, que parece de otro mundo, pero que es de este.

Gracias a viajar a Venezuela encontré nuevas experiencias, nuevas personas que tocaron mi alma con su humanidad y cariño.

Para mí era un viaje de trabajo, estimulante en sí porque suponía descubrir un nuevo país y nuevas gentes, colaborar con otra universidad, etc. En resumen, era una oportunidad de encontrar nuevas experiencias, a priori sobre todo intelectuales, después descubrí que además, había otras posibilidades aún más interesantes.

Antes del viaje me asaltó una cierta pereza, pues andaba enferma, con una fuerte bronquitis, con malestar, incomodidad, debilidad, inquietud, etc. Me preocupaba que mi salud me impidiera el adecuado desempeño de mi tarea, pero fui. La oferta era demasiado tentadora…

Puedo decir pocas cosas agradables del trayecto para allá. Anularon mi vuelo, me ubicaron en otro que salía 7 horas después, y del que no sabía que tendría plazas hasta media hora antes de su salida. Sé que aprendí en esa espera. Había madrugado mucho, estaba cansada y somnolienta. Pero tuve la suerte de que conseguí proponerme aprender de la situación, trabajar mi paciencia, tener un tiempo para reflexionar, pensar, escribir, llamar a amigos… Se pasaron las horas y observaba a las personas que transitan Barajas un viernes, por la mañana. Veía caras cansadas, rostros impacientes, otros tristes, otros felices… Y yo allí de espectadora, contemplando mi vida desde la espera de un avión, que no sabía si tendría un espacio para mí, desde la espera de mí misma, mirándome en los rostros y en las horas. Curiosa experiencia…

Casi sin darme cuenta llegó el momento. Me dirigí, asumiendo el destino que tocase, al mostrador de la nueva compañía. Y en el último momento, antes de partir, me comunicaron que sí tenía un lugar, para el nuevo episodio que me tocaría vivir. Me sentí bien, quería partir. Y a la vez, algo quizás se activó en mi conciencia en esa aceptación de la espera, en ese entrenamiento en estar presente en el presente… Quién sabe…

Y llegué a Caracas. Allí había otra atmósfera, no sólo por el agradable calorcito del trópico (era enero en Madrid), sino porque se respira otra realidad, otra forma de ser… Me recogió un hombre amable, que era chofer de una universidad de allá, y me llevó a casa de una persona (en otra ciudad, Valencia) a la que no conocía, en cuya casa se me ubicó, como solución provisional. Esa persona se convirtió en familiar, cercana, como una amiga de siempre, en dos minutos y me sentí en casa, cómoda, tranquila y feliz. Ella y otros, también cercanos de inmediato, me llevaron a una playa estupenda, me cuidaron con mimo, me mostraron la belleza de una isla que se llamaba “larga” y que para mí debería llamarse “corta” porque hubiera querido más, no solo por la belleza del lugar sino por la calidez y belleza de las personas con las que pasé el día. Me decía a mí misma que algo así debía ser el paraíso. No tengo palabras para expresar mi cariño y gratitud por tan gratos momentos.

Después, vuelta a Caracas, con el chofer encantador y amable. Partí en un nuevo vuelo a Mérida. Y un hombre encantador me fue a recoger. Un ser humano amoroso, tierno, cercano. Llegaría encantada a cualquier lugar del mundo si siempre me recogiera alguien así y me mostrara tanta simpatía, no forzada, amorosa, tierna, cálida… El viaje a mi hotel, fue delicioso, y no sólo por el chocolate que se me ofreció con ternura. No lo olvidaré…

Llegó mi curso y mi clase y yo seguía enferma, débil, torpe… Pero allí estuve, delante de 38 desconocidos, ante un nuevo reto, y con un nuevo estímulo. Me sentía en mi casa, aunque no me sentía bien del todo, físicamente. Y algo sucedió, pues ya con el alma tocada por el afecto de los que allí había encontrado, me sentía bien, aunque frágil en el cuerpo.

Pasamos 5 días juntos en los que alguna especie de magia me traspasó. No sé cómo ni por qué. No sé quién fue ni cómo empezó. Sólo sé que me sentí tocada por muchos gestos amables, miradas atentas, sonrisas sinceras. Cada uno, a su manera, se esforzaba por cuidarme, pasearme, guiarme, de una manera que he visto pocas veces en mi vida. Y me preguntaba si seguía en la tierra o en otro mundo cercano al paraíso. Lo he ido recordando desde entonces, para comprender, para interiorizar bien la lección, para descubrir la fórmula secreta de esa magia que abrió un poco más mi corazón.

Me faltan realmente las palabras para explicarlo, pero hasta donde llegue trataré de compartir, sobre un amor libre, sincero y espontáneo que me transformó en algún sentido.

Quizás ya iba yo en un estado alterado de conciencia por la espera, por el viaje, los horarios cambiados y qué se yo, la propia magia de la vida. Todos ingredientes de alguna fórmula alquímica para destilar el alma, en nuevos elementos esenciales. No lo sé, sólo sé que algo pasó y en medio de todos y yo en medio allí se dio ese algo transformador, profundo, suave y fuerte a un tiempo.

Me encontré con personas, humanos, sensibles, receptivos, atentos. Pero algo más. Alguien me dijo que le tocó mi magia, pero yo creo que nos tocó a todos esa magia que vivimos y que vimos. Venezuela, Mérida, me tocó. Resulta difícil de explicar y a la vez es tan simple como un gesto, una palabra, que se haga con arte y cariño, como allí recibí. Y ¿por qué? Porque recibí expresiones de amor, sencillez, apertura, simpatía. Hubo personas que allí derramaron en mí mucha cercanía y calidez. Sin aspavientos, sin artificios. Sencilla, tiernamente. Fue un lenguaje más allá de las palabras, me cuidaron, me hablaron, ¿me quisieron? Es posible... Pues algo más profundo me llegó, me conmovió… Y fue algo tan sencillo, como saber mirar, saber decir, saber transmitir con el alma desnuda, que dar un caramelo no es sólo dar un caramelo. Que un gesto, si sale de la frescura del alma es más que un gesto, pues es el símbolo claro de algo más profundo, que es un pedacito de amor que pasa de alma a alma. De un alma que se deja darse a otra que se deja dar. Así de sencillo y evidente. Tan fácil, pero a veces tan ausente. Pero por suerte, presente entonces, presente ahora en mi memoria y agradecimiento a una gran gente, cuyo cariño y amor, ha sido una gran provocación. Ellos, quienes me tocaron, fueron grandes maestros en el amor, tal vez sin saber, pero dejándose simplemente ser. ¿Será este el secreto de la felicidad? ¿Tendrá algo que ver con la Gracia? Solo Dios lo sabe...

lunes, 18 de mayo de 2009

EL TIEMPO Y BENEDETTI...



Se murió Benedetti y alguna de sus palabras, que hoy se recuerdan, por su muerte, han estimulado en mí la reflexión y me han movilizado a escribir unas pocas líneas.

Cada muerte, nos puede llevar a una reflexión sobre el tiempo, sobre la vida, sobre el para qué de nuestra existencia, de este tiempo y vivencias que el Destino nos regala y que se nos deslizan entre los dedos.

Hoy en día, la falta de tiempo parece ser un mal que aqueja a muchos, y a la vez, no se es consciente del valor de un instante. Se vive sin vivir en el tiempo, pues se está en un destiempo permanente, fuera de la esencia de nuestra existencia, se vive en el ayer o en el mañana, en ninguna parte, en un sin lugar. No estamos donde estamos y por eso el tiempo no es o no lo dejamos Ser en nosotros. Y podemos dejarlo Ser, expresarlo, mirar por un instante el cielo por la ventana y sentirnos Ser, vivir ese instante en el que lo infinito se condensa, pues como dijo Benedetti “Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo”. Hay un tiempo absoluto y relativo. Ambos se dan simultáneamente. Hay un tiempo intuido más allá del reloj, un tiempo interior que nos mueve y estimula a despertar nuestras conciencias. ¿Y para qué? Podría decir alguien. Pues tal vez para ver la plenitud del instante presente, para dejarnos abrir el corazón al Ser, que en su esencia es una expresión del Amor creador que nos mantiene vivos, abiertos, conscientes. Y no se trata de creérselo, tan sólo hay que vivirlo, respirarlo, sentirlo, es fácil pero nos lo hacemos difícil. Pues como también dice el amigo Benedetti “Si el corazón se aburre de querer, para qué sirve…”

Y no se puede querer si no es desde una toma de conciencia de este instante en el que somos. Como también dijo este autor “La única religión válida para mí es la conciencia; y la poesía tiene mucha vinculación con la conciencia”. ¿Por qué no atrevernos a ser poetas conscientes de la vida? ¿Por qué no vivir desde nuestro Ser que nos conecta con la vivencia de un Amor que nos incluye y trasciende a un tiempo?

domingo, 3 de mayo de 2009

"ILUMINADOS"




En nuestros días numerosas personas afirman estar siguiendo un camino espiritual, meditan, cuidan su espíritu, hablan del amor, de la paz, de cómo hacer un mundo mejor, etc… Están todos ellos en pos de la iluminación (me pregunto si saben muy bien lo que buscan o no es más que una nueva moda para sentirse un poquito más especiales que el vecino). Dicha iluminación interior, pretenden alcanzarla mediante una gimnasia espiritual en la que, mediante unos sencillos pasos, uno se puede sugestionar hasta el punto de creer haber llegado a un estado iluminado…

Y no niego que haya, desde que existe el hombre, la posibilidad de alcanzar estados de conciencia más elevados y una lucidez creciente, en la evolución personal. Pero el objeto de este comentario son los pseudoiluminados, que aquellos que buscan o pretenden haber encontrado el “camino fácil” hacia la iluminación, o el método único que en 10 lecciones te llevará a sentirte iluminado. Ante lo que me pregunto… ¿Es lo mismo sentirse iluminado que estar iluminado? Parece que no. Diferentes sabios, a lo largo de la historia, han señalado los peligros del camino espiritual y muy especialmente el riesgo de la soberbia. ¿Y no es soberbia tener ya el manual para conseguir la iluminación? ¿O pretender que es uno mismo, él solito, el que sabe su grado de iluminación?

Ante estas cuestiones, propongo como criterio de objetivación de un determinado estado de conciencia, el modelo de Wilber de los cuatro cuadrantes. Dicho autor, refiere que hay cuatro perspectivas desde las que conocer la realidad. La primera de ellas sería la dimensión subjetiva individual (lo que alguien tiene en su interior y que solo puede ver él mismo), la segunda la objetiva individual (lo que es observable por cualquiera, desde el exterior), la tercera la subjetiva colectiva o intersubjetiva (lo que se ve desde dentro de un grupo, por sus miembros) y la cuarta la objetiva (lo que se ve desde fuera, en un grupo por parte de cualquier observador).

Si consideramos, que necesitamos evaluar el estado de iluminado de alguien, en función del esquema wilberiano, lo primero sería la parte subjetiva individual, en la que uno al menos se sentirá de una forma especial, diferente a la habitual. También se sentiría bien internamente, con equilibrio, paz, armonía, salvo si se da algún periodo de crisis (no olvidemos que se dan dentro de la vida y ayudan a evolucionar). Si se siente malhumorado, irritable o desprecia a muchas personas, dudo mucho de que dicha iluminación sea real... Y si necesita contarle a todo el mundo que está en un camino para iluminarse o que ya está iluminado, podemos asegurar, casi con total certeza que la luz se le ha quedado lejos... A esto se le puede llamar egocentrismo, narcisismo o incluso megalomanía, pero no precisamente se da en las personas más iluminadas, de verdad...

La segunda parte, a tener en cuenta, sería la objetiva individual, en la que por parte de cualquier observador imparcial se comprobara que esa persona, tiene una actitud nueva, más positiva y realista ante la realidad. Si se dedica a colgarse de las farolas, tal vez no esté muy iluminado que se diga y es muy probable que haya perdido el juicio.

Desde la tercera perspectiva, habría que contemplar la dimensión intersubjetiva, es decir, como perciben los miembros de un grupo, a uno que se haya iluminado. Se supone que sus relaciones tendrían que ser armónicas con las personas, pero no de dominación ni sumisión y se supone también que sería alguien que no va generando sufrimiento y malestar en otros y que se tiene actitudes leales, adecuadas y empáticas ante sus semejantes. Edith Stein decía que la empatía era un acto espiritual, así que un iluminado que se precie, debería tener al menos un poquito. Pero… ¿a cuantos “iluminaos” les falta precisamente esa cualidad tan fundamental?

Y por último, señalaría la parte de la visión objetiva colectiva, que tiene que ver con cómo funciona alguien dentro de su sistema social. ¿Es alguien que se puede sostener por sí mismo con su trabajo o vive aprovechándose de los demás? ¿Es alguien que siente capacidad de buscar un nuevo trabajo, si pierde el suyo o vive obsesionado con un trabajo fijo? ¿Es alguien que sabe manejarse con las finanzas? ¿Sabe compartir? Etc, etc. Se podrían decir muchas más cosas, pero aquí sólo quiero dejar un esbozo de lo que puede ser una evaluación de alguien supuestamente más lúcido que otros.

Os dejo un vídeo en el que se muestra con maestría y buen humor la búsqueda compulsiva y ensimismada de la iluminación…