Recientemente, me han entrevistado en la revista de psicoterapia humanista Bonding, del Instituto Galene de Psicoterapia, sobre el tema "Sentido de la vida y espiritualidad en la psicoterapia", puesto que daré un curso con este contenido, los días 12, 13 y 14 de abril, en dicho Instituto. Os dejo información sobre el mismo, antes de la entrevista:
Aquí tenéis la entrevista:
Sentido de la vida y espiritualidad, ¿cómo explicarías qué quieres decir con esta frase a una persona que no sabe nada del tema?
“Sentido de la vida y espiritualidad” hace referencia a que el
sentido de nuestra vida puede tener un componente espiritual Cuando
buscamos un sentido a nuestra vida, un por qué o un para qué vivir, es
preciso ir ahondando en nosotros mismos, y muchas veces, en esa búsqueda
nos encontramos con que la respuesta no está en cosas externas o
materiales, sino que para poder responder es importante conectar con
algo más profundo dentro de nosotros. La pregunta más comprometida sobre
el sentido tiene que ver con quién soy yo y para qué estoy aquí. Cuando
buscamos sentido a la vida, tenemos un anhelo de comprensión última de
nosotros mismos, de la realidad que nos rodea, del mundo, del cosmos,
etc.. De alguna forma, la pregunta por el sentido nos puede llevar a la
pregunta por el Todo y por un sentido último. Algo que, a su vez, va
ligado a un camino de autoconocimiento, que está planteado desde hace
miles de años por las diversas tradiciones espirituales. Muchas
personas, según van ahondando en sí mismas, se encuentran con lo que
podemos llamar inquietudes espirituales, de búsqueda de la trascendencia
y de un sentido más allá de lo contingente o de lo inmediato.
La
pregunta sobre el sentido de la vida es la pregunta sobre mi ser más
profundo, que no es algo tangible o medible, por lo que algunos
consideran que su realidad es, en última instancia, espiritual.
¿Podrías definir tu concepto de espiritualidad? ¿Qué diferencias hay con religiosidad o religión?
La espiritualidad es un concepto difícil de definir, que suele estar
siempre imbricado con visiones culturales y sociales. Así que nos
encontramos con muchas definiciones posibles, que se pueden dar por
válidas.
Dentro de ellas me identifico más con las que consideran que la
espiritualidad es el camino hacia nuestra identidad verdadera, siendo a
la vez la meta de ese camino. Esa “identidad verdadera” es la realidad
más auténtica de la persona y que para muchos es espiritual, lo que
significa que implica relaciones armónicas o conexión con uno mismo, con
otros, con la naturaleza, con Dios o con una realidad superior. También
considero que la espiritualidad tiene que ver con aspectos inmateriales
de la existencia, como el amor, la generosidad, la creatividad, la paz
interior, el sentido de la vida, etc.
Por otra parte, me parece importante relacionar el concepto de
espiritualidad con el de consciencia, pues muchas experiencias
espirituales se han relacionado con una consciencia ampliada o
expandida, más allá de los límites que consideramos normales.
William James en su libro “Las variedades de la experiencia
religiosa”, hace una alusión interesante a esa realidad espiritual: “Es
como si en la conciencia humana hubiese un sentido de la realidad, un sentimiento de presencia objetiva, una percepción de
lo que podemos llamar algo más profundo y general que cualquiera de los
sentidos especiales y particulares, mediante los cuales la psicología
actual supone que se revelan originalmente las realidades existentes”.
Me parece que expresa muy bien, intuitivamente, qué puede ser eso de la
espiritualidad.
Y con respecto a las diferencias entre espiritualidad y religiosidad o
religión, considero que, para muchas personas religiosas, la
espiritualidad se expresa, sobre todo, dentro de un contexto religioso y
que para las personas no religiosas, la espiritualidad se puede vivir
fuera de dicho contexto, de otra forma, más personal. Así que, para
quienes son religiosos, la religión daría forma, mediante una serie de
pautas, estructuras, rituales, etc., que se asumen colectivamente, a su
vivencia espiritual. Algo que no ocurriría en el caso de las personas
no religiosas, que podemos decir que viven su espiritualidad más por
libre.
La religión se define normalmente como un sistema organizado de
creencias, prácticas y formas de culto que se comparten por una
comunidad, dirigidas a la relación con Dios o con algo trascendente. De
una forma metafórica podemos decir que la religión nos daría “mapas”
asumidos colectivamente, con los que vivir la espiritualidad y que los
espirituales no religiosos recorrerían el territorio sin dichos “mapas”.
Aunque, evidentemente, una religión se puede entender como algo mucho
más amplio que un mapa.
Por otra parte, tenemos el concepto de religiosidad, que según
Allport tenía dos vertientes principales. La primera es la que llamó religiosidad intrínseca
que consiste en una expresión integrada de los pensamientos y prácticas
religiosas; tiene que ver con tomarse la religión muy en serio,
asumirla plenamente en la vida cotidiana, y verla como el fundamento de
las motivaciones. La otra vertiente es la religiosidad extrínseca,
que se refiere al uso de las prácticas externas de la religión para
buscar relación social, seguridad, status, etc. La religiosidad
intrínseca es la que podemos entender como más espiritual, que a su vez
es la religiosidad que se ha relacionado con una mejor salud física y
mental en diferentes estudios empíricos.
¿Cómo incorporas la espiritualidad en el proceso de psicoterapia?
Hay muchas maneras de incorporarla. Señalaré, para no extenderme, los aspectos que considero fundamentales.
Me parece importante cuidar de mi propia dimensión espiritual, lo que
favorece, a su vez, mi propio bienestar personal y mi propia salud en
general. Además de que mi trabajo personal posibilita que yo pueda
abordar esa dimensión espiritual en otro ser humano. No podemos ayudar a
otro en lo que no nos hayamos antes ayudado a nosotros mismos.
Para mí lo espiritual es una dimensión que forma parte de todo ser
humano y, por lo tanto, también se manifiesta en la psicoterapia. Si lo
tengo en cuenta me resulta más fácil percibir en el otro su humanidad,
que considero, en última instancia espiritual, siendo digno de respeto,
acogida, comprensión, etc. En mi experiencia cotidiana, esta forma de
concebir mi relación con el otro, favorece un encuentro interpersonal
más auténtico y genuino.
Además, al acoger al otro como un ser global, le permito que plantee
en terapia todo lo que sea importante para él. Si quiere que se hable de
espiritualidad, pues se habla de ello. Se da permiso para plantear el
tema y la persona que está en la consulta decide si entrar o no, como en
otros aspectos que tratamos en la psicoterapia. El abordaje de este
tema es más fácil, con frecuencia, al abordar la cuestión del sentido de
la vida, del mundo o del universo. Para muchas personas estas
cuestiones están relacionadas, con sus creencias espirituales. También
el hablar sobre la muerte, como un miedo básico o como algo que se
experimenta en un duelo, posibilita hablar de aspectos espirituales
(pues casi todo el mundo tiene una idea del más allá, aunque sea para
decir que no existe). Así que lo espiritual es un área más a explorar,
en el ámbito de la psicoterapia, para conocer mejor al otro y para
conocer su propia visión de la vida.
En algunos casos puede ser útil alentar la práctica espiritual,
dentro de los propios parámetros culturales del paciente. Por ejemplo,
numerosas investigaciones nos muestran que la práctica de la meditación
es muy positiva para la salud mental. Se puede plantear como una
posibilidad más de trabajo interior y que la persona en terapia decida
si la toma o la deja. Otras prácticas que se han relacionado con el
cultivo de lo espiritual son ciertas lecturas que puedan servir de
inspiración, el trabajo con la creatividad, la gratitud, el altruismo o
la búsqueda de un sentido en la vida. El trabajo de búsqueda de sentido
de la vida, que me aporta la visión de la Logoterapia también me
proporciona elementos útiles para tener en cuenta lo espiritual en la
psicoterapia.
¿Consideras que la espiritualidad es un tema esencial en el proceso de psicoterapia?
Sí, considero que la espiritualidad es un tema esencial en el proceso
de psicoterapia para algunos pacientes, lo cual no quiere decir que
tenga la misma importancia para todo el mundo.
Considero que si la espiritualidad es una dimensión constitutiva del
ser humano y resulta importante en la vida de muchas personas, es
esencial tenerla en cuenta (no imponerla) en un proceso de psicoterapia.
Lo importante es dar la opción a incluirla, para que la persona que
acude a la terapia, pueda optar o no por incluirla en su proceso. Aparte
de que las creencias espirituales, expresión de las mismas, relación
con otras creencias, etc., nos aportan mucha información sobre otros
elementos de la personalidad, madurez, etc.
Vivimos en una sociedad muy materialista, en la que muchas personas
parecen estar desconectadas de su alma o haberla perdido, y esto, genera
sufrimiento y vacío. Mi propuesta es estar abiertos a la posibilidad de
considerar lo espiritual como un elemento más, en la psicoterapia, de
valoración, reflexión, curación, etc. La espiritualidad puede enriquecer
el proceso de terapia en muchos casos, como muchos hemos comprobado en
nuestra práctica clínica. Lo mismo nos lo muestran numerosos trabajos
de investigación actuales, en los que se ha hallado que puede ser un
factor importante para que las personas recuperen el bienestar, la
identidad, la consciencia de su propio valor o dignidad, o el sentido de
la vida, entre otras muchas cosas.
Desde hace muchos años, son numerosos los autores y escuelas que nos
han hecho propuestas para integrar lo espiritual en una psicoterapia y
que nos aportan ideas al respecto, mostrándonos como la inclusión de
esta dimensión nos aporta más elementos y perspectivas que no hacerlo.
Otra cuestión sería hablar de una visión antropológica como la de
Frankl, en la que lo espiritual es la dimensión esencial del ser humano y
por lo tanto ha de ser tenida en cuenta, también desde una “mirada
espiritual” hacia al otro, en la que la aceptación incondicional sea un
elemento fundamental. En sintonía con esta idea de Frankl, para Jung es
muy importante una actitud espiritual o religiosa, en el sentido
original de la palabra religión. Es decir, una actitud que favorezca la
reconexión con nuestra esencia última. Y una psicoterapia no puede
obviar esto, puesto que es el anhelo de muchas personas.
A todo lo dicho hay que añadir que para autores como Frankl o como
Jung existe la posibilidad de una “espiritualidad inconsciente”. Esto
quiere decir que en el inconsciente puede haber manifestaciones de la
vida espiritual, que tengan su impacto en la vida de la persona, aunque
esta no lo sepa. Esto podemos, por ejemplo, detectarlo en los sueños,
como los que relata Jung en su libro “Psicología y religión”.
El próximo mes de marzo vas a dar un curso sobre este tema, que les dirías a nuestros lectores para que se animen a asistir?
Les diría que pueden abrir su horizonte terapéutico a nuevas
posibilidades, como me ha pasado a mí, pues este enfoque ha aportado
elementos muy útiles a mi trabajo cotidiano y a mi vida personal. Por
eso en el curso también haremos ejercicios prácticos para conectar con
el propio mundo interior y de toma de consciencia de elementos
importantes del sentido de la vida. Propongo un trabajo personal que
después podamos llevar a nuestra práctica clínica, gracias a haber
tenido antes alguna experiencia de ello.
Tanto si lo espiritual es algo de lo que saben poco o es algo que
realmente les interesa en su vida y que no saben como tenerlo en cuenta
en una terapia, les puede resultar útil conocerlo y trabajarlo en sí
mismos. Pues si no se conoce es imposible integrarlo o abordarlo
adecuadamente en el proceso psicoterapéutico.
Como diría William James “para un psicólogo, las tendencias
religiosas del hombre deben ser como mínimo tan interesantes como
cualquiera de los distintos hechos que forman parte de su estructura
mental”. Así que, ¿por qué no conocer algo de esto tanto para nuestra
reflexión personal como para nuestra práctica psicoterapéutica?
Muchas de las psicoterapias más conocidas, parecen haberse olvidado
del alma humana; están en parte desalmadas y es como si hubieran
olvidado lo que es un ser humano en su esencia. Por eso muchos buscamos
en los modelos humanistas, para que nos muestren algo más de lo que es
realmente una persona, modelos que nos permitan acercarnos a la realidad
del otro como un ser humano y no como un objeto a reparar. En sintonía
con estos enfoques humanistas, lo espiritual complementa, amplifica la
visión y los recursos disponibles para una relación de ayuda,
acompañamiento o psicoterapia.
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo con Frankl y C. G. Jung cuando afirman que el hombre necesita una reconexión con su esencia última, llámese a esto religión u otro nombre. Esto es al menos necesario para su estabilidad mental, no se puede vivir en superficie, allí donde las olas son más fuertes y más destructoras. Aparte de los beneficios que supone disfrutar de una espiritualidad saneada, que supone un estado de calma en el ajetreo (la hiperactividad, la hiperestimulación) sin sentido del mundo moderno. Hay que hacer menos cosas, pero bien, más concentrados, más atentos, hay que seleccionar las cosas que se hacen. Pienso también que la contemplación tiene un efecto terapéutico y desentoxicador. ¡Cuan importante es la mirada interior!
Un saludo
Me parece sumamente importante el tema tratado y las ideas compartidas. La espiritualidad trasciende cualquier concepto, siendo algo que se experimenta y se vivencia cuando se está más alineado con la parte más pura de nuestro ser, se construye a través de la meditación y es un componente profundamente sanador. Muchas gracias.
¡MUY EXCELENTE COMENTARIO! TAMBIÉN MUY EXCELENTES LA PRECIOSA OBRA DE VIKTOR FRANKL-PSIQUIATRA JUDÍO "DADO DE ALTA" EN AUWICHS (Y NO ASÍ EDITH STEIN). LA ESPIRITUALIDAD TAN REAL COMO EL AIRE QUE NO SE VE PERO ´ACARICIA´ Y APORTA EL OXÍGENO, ES PARA MI FELICIDAD DECIRLO ASÍ, ¡LA VIDA CUAL UN SUSPIRO DE LA RESPIRACIÓN DE DIOS A LA QUE ESTAMOS "RE-LIGÁNDONOS"; ¡¡DE SU SOPLO VINIMOS Y SUPERVIVIMOS Y HACIA ÉL ESTAMOS REGRESANDO, ESTUDIÉMOSLO O NO, PERCIBÁMOSLO O NO!!!
MI MAYOR RESPETO: abuelita Mela Cruz-Carmelita Seglar/Argentina.
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