domingo, 28 de julio de 2013

EL VIAJE INTERIOR



 


El conocernos a nosotros mismos es imprescindible para poder llevar una vida minimamente equilibrada y armónica. Desde el "Conócete a ti mismo" inscrito en el templo de Apolo en Delfos, hasta los procesos de autodescubrimiento que se trabajan en las psicoterapias modernas, son muchos quienes han señalado la necesidad de un "viaje interior", un  viaje que nos conduce hacia nuestro propio centro, a través de un proceso de autoconocimiento. Pues sin un conocimiento de sí, no es posible un conocimiento de otros, ni del mundo, ni aproximarnos al Misterio último.





Ese viaje ya lo han recorrido muchos, a lo largo de la historia, y se considera fundamental para llegar a un mínimo equilibrio psicológico, pues sin autoconocimiento no es posible saber ni quienes somos, ni a donde vamos. Y, por lo tanto no es posible llegar a ser minimamente felices, pues viviremos completamente desorientados. En ese desconocimiento se enraizan muchos problemas psíquicos de nuestro tiempo, tanto individuales como colectivos. Resulta sorprendente como en la sociedad actual apenas se hace énfasis en algo tan esencial, totalmente dejado de lado en la educación desde primaria al postgrado universitario. 



sábado, 6 de julio de 2013

UNAS PALABRAS SOBRE EL EMOCIONANTE ENCUENTRO INTERRELIGIOSO DE ÁVILA



 El pasado fin de semana tuve el privilegio de vivir un fin de semana en Ávila de encuentro interreligioso, titulado “Desde la mística al diálogo, de la experiencia del amor al empeño por la paz.”


En el mismo participaron personas del Budismo, Judaísmo, Islam y Cristianismo. Convivimos durante todo un fin de semana de conocer y comprender mejor a personas de distintas tradiciones, en el que pudimos ver que cada gesto, en cada una de ellas se da por algo, forma parte de una historia de trascendencia  y de sabiduría. Y pudimos ver, la apertura de corazón de muchas personas, que conectadas por un hilo invisible, tuvimos un sentimiento de comunión y armonía. Daba igual si íbamos con vaqueros, túnicas, ropajes anchos, túnicas, pañuelos en la cabeza o un kipá (el gorrito de los judíos). Todos nos veíamos como seres humanos, que dentro de la expresión particular de cada cuál, sólo buscábamos una cosa, una relación con la trascendencia, con la sabiduría, con la búsqueda de la verdad, etc. 

Pudimos ver los rezos o meditaciones de las diferentes tradiciones, las bendiciones de los alimentos, antes de comer tenían elementos comunes y diferentes. Y lo mejor, todos nos relacionábamos con curiosidad y apertura. Recuerdo que después del baile de un derviche muchos pasaron mucho tiempo preguntándole sobre cómo se hacía y su significado, escuchamos propuestas de sabios de cada tradición sobre cómo vivir el silencio, o la relación con Dios en la vida cotidiana, o sobre las ventajas e inconvenientes del ego. También pudimos entender que aunque no nos convirtamos en el otro, podemos dialogar y comprenderle y que si nos sentimos amenazados por alguien de otra religión, con miedo a que nos pueda convencer de algo, es porque, en el fondo no estamos muy seguros de la nuestra.

Me quedó claro que el sincretismo religioso es un imposible. Los musulmanes empiezan a rezar a las 6 de la mañana, los budistas a las 7, los cristianos depende… Después vuelve a haber rezos por la tarde, a diferentes horas y al final del día. Seguir todo eso, sería absolutamente agotador e inhumano. Igual sería algo parecido a querer subir una montaña por varios caminos a la vez. Salvo que alguien se biloque sería bastante complicado.

Me gustó el detalle de una gruesa cuerda, en la que había flores engarzadas, representando las flores cada tradición y la cuerda la fuerza que las une. Enhorabuena Mª de los Ángeles Álvarez, por esa idea.

Imagen obtenida de http://mariadelosangelesalvarez.wordpress.com/


Y muchas gracias al CITeS (Universidad de la Mística) y a la Mesa de la Unidad de Córdoba (los promotores del evento), por hacerlo posible. Y por supuesto a los ponentes de las mesas redondas, excepcionales y amenos. Entre ellos tuvimos a ponentes de primera como Juan Martín Velasco (por el cristianismo, con la sabiduría y sensatez que le caracteriza), Mario Saban (por el judaísmo, gran comunicador, expansivo y ameno, a la vez que lleno de lucidez y sentido común), Amparo Sánchez (con los pies en la tierra y llena de sentido común), a Karma Tempa (monje budista argentino-tibetano, con sentido del humor y buenas dosis de sabiduría). Y no quiero aburrir poniendo todos los nombres, sí darles las gracias a los ponentes que participaron, pues fueron excepcionales.




Eventos como este nos abren una ventana a la esperanza de que pueda haber paz entre las religiones, lo que, a su vez, puede facilitar que haya paz en nuestro mundo. ¿Será algún día posible desde el respeto, el diálogo y la comprensión?

Quienes hemos convivido durante años, con personas de otras tradiciones, sabemos algo de la riqueza que puede aportar en vivir en un entorno diferente, en el que, si nos ponemos con la actitud adecuada, todos salimos ganando.

Foto tomada del momento de silencio todos juntos(de www.mistica.es)
Esperemos que encuentros como este se repitan más veces y que participen personas de más tradiciones espirituales.