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Hace un rato charlaba con un colega sobre el control mental que se podría llegar a ejercer sobre los seres humanos. En diversos experimentos, se ha llegado a controlar algunas conductas, emociones, reacciones, mediante la implantación de electrodos dentro del cerebro. Por ejemplo, hay un famoso experimento con un toro al que se dejaba quietecito a distancia por un cacharro eléctrico que paralizaba su agresividad apretando a un botón. ¿Cuántos no querrían hacer esto con más de algún ser enfurecido?
Por suerte, no es tan fácil ponernos unos electrodos y controlarnos con un mando a distancia. Idea que tal vez sea tentadora para algunos… Pero… ¿Será posible algún día? ¿Nos disfrazarán la realidad de buenas intenciones si algún día alguien pudiera lograr esto? Quién sabe… La historia nos lo contará…
Sea o no posible lo que escribo líneas más arriba, parece ser un hecho que ya hay diversos procedimientos para controlarnos mentalmente a distancia. Algo tan sencillo como el provocarnos emociones, a través de una pequeña pantalla, puede ser suficiente para que no nos dediquemos a resolver cuestiones importantes de nuestra realidad o para que no desarrollemos suficiente sentido crítico ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Véase algo tan sencillo como una final de copa de fútbol. ¿No quedan relegados a un segundo plano cuestiones más vitales y trascendentales mientras dura el partido? ¿No se opera en la mente de muchos un mecanismo que disminuye la actividad de las áreas más racionales del cerebro y aumenta la actividad de las áreas más irracionales? Así se consigue que el cerebro reptiliano esté a tope, el límbico contento por la sobredosis de emociones y el neocórtex ¿de vacaciones? Pues si no…¿Cómo es posible que un ser racional llamado homo sapiens le grite a un televisor sabiendo que no puede contestarle? ¿Cómo es posible que un estado anímico de un día determinado esté condicionado por la frenética actividad de unos sujetos que corren en pos de un balón?
Otro ejemplo posible, por no dejar fuera a nadie de ningún sexo, es el de las telenovelas llenas de reacciones sentimentales que proporcionan emociones sustitutas de vida real, de sentido, de objetivos vitales... ¿Y por qué no hablar de los programas mal llamados del corazón? ¿No podríamos pensar que más que darnos corazón nos lo quitan al no tener el más mínimo escrúpulo por inmiscuirnos en las intimidades ajenas?
Todos estos ejemplos sirven para estimular ciertas áreas del cerebro, primitivas, emocionales, sensibleras. Pero ¿nos estimulan realmente al desarrollo de la inteligencia? ¿No nos damos cuenta de que al usar mucho unas partes del cerebro y al no usar otras crece aquello que favorecemos y disminuye lo que no cuidamos? Aumenta nuestra impulsividad, agresividad, sensiblería, curiosidad malsana. ¿Pero crecen así las neuronas del amor, del pensamiento racional, de la coherencia interna? Más bien parece que no... ¿Cuántos no andarán por ahí con un pedazo menos de cerebro porque nunca supieron que ese pedazo murió porque no lo dejaron crecer? ¿Cuántos no andarán sueltos manejándose con mecanismos neuronales básicos de supervivencia sin darse cuenta de la joya que pudieron desarrollar y nunca tuvieron ni siquiera oportunidad de saberlo?
Y aún así, confío en el potencial de la humanidad y en la oportunidad que cada uno se puede dar a sí mismo para superarse, un poco cada día y llegar a ser una persona mejor. Este escrito, más que nada pretende ser un estímulo para las neuronas dormidas, para ponerlas un poquito en forma y ayudarlas a despertar…
Hace un rato charlaba con un colega sobre el control mental que se podría llegar a ejercer sobre los seres humanos. En diversos experimentos, se ha llegado a controlar algunas conductas, emociones, reacciones, mediante la implantación de electrodos dentro del cerebro. Por ejemplo, hay un famoso experimento con un toro al que se dejaba quietecito a distancia por un cacharro eléctrico que paralizaba su agresividad apretando a un botón. ¿Cuántos no querrían hacer esto con más de algún ser enfurecido?
Por suerte, no es tan fácil ponernos unos electrodos y controlarnos con un mando a distancia. Idea que tal vez sea tentadora para algunos… Pero… ¿Será posible algún día? ¿Nos disfrazarán la realidad de buenas intenciones si algún día alguien pudiera lograr esto? Quién sabe… La historia nos lo contará…
Sea o no posible lo que escribo líneas más arriba, parece ser un hecho que ya hay diversos procedimientos para controlarnos mentalmente a distancia. Algo tan sencillo como el provocarnos emociones, a través de una pequeña pantalla, puede ser suficiente para que no nos dediquemos a resolver cuestiones importantes de nuestra realidad o para que no desarrollemos suficiente sentido crítico ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Véase algo tan sencillo como una final de copa de fútbol. ¿No quedan relegados a un segundo plano cuestiones más vitales y trascendentales mientras dura el partido? ¿No se opera en la mente de muchos un mecanismo que disminuye la actividad de las áreas más racionales del cerebro y aumenta la actividad de las áreas más irracionales? Así se consigue que el cerebro reptiliano esté a tope, el límbico contento por la sobredosis de emociones y el neocórtex ¿de vacaciones? Pues si no…¿Cómo es posible que un ser racional llamado homo sapiens le grite a un televisor sabiendo que no puede contestarle? ¿Cómo es posible que un estado anímico de un día determinado esté condicionado por la frenética actividad de unos sujetos que corren en pos de un balón?
Otro ejemplo posible, por no dejar fuera a nadie de ningún sexo, es el de las telenovelas llenas de reacciones sentimentales que proporcionan emociones sustitutas de vida real, de sentido, de objetivos vitales... ¿Y por qué no hablar de los programas mal llamados del corazón? ¿No podríamos pensar que más que darnos corazón nos lo quitan al no tener el más mínimo escrúpulo por inmiscuirnos en las intimidades ajenas?
Todos estos ejemplos sirven para estimular ciertas áreas del cerebro, primitivas, emocionales, sensibleras. Pero ¿nos estimulan realmente al desarrollo de la inteligencia? ¿No nos damos cuenta de que al usar mucho unas partes del cerebro y al no usar otras crece aquello que favorecemos y disminuye lo que no cuidamos? Aumenta nuestra impulsividad, agresividad, sensiblería, curiosidad malsana. ¿Pero crecen así las neuronas del amor, del pensamiento racional, de la coherencia interna? Más bien parece que no... ¿Cuántos no andarán por ahí con un pedazo menos de cerebro porque nunca supieron que ese pedazo murió porque no lo dejaron crecer? ¿Cuántos no andarán sueltos manejándose con mecanismos neuronales básicos de supervivencia sin darse cuenta de la joya que pudieron desarrollar y nunca tuvieron ni siquiera oportunidad de saberlo?
Y aún así, confío en el potencial de la humanidad y en la oportunidad que cada uno se puede dar a sí mismo para superarse, un poco cada día y llegar a ser una persona mejor. Este escrito, más que nada pretende ser un estímulo para las neuronas dormidas, para ponerlas un poquito en forma y ayudarlas a despertar…
7 comentarios:
Maribel:
Te he dejado un mensaje en tu primer post o entrada de saludo.
Me tendrás aquí leyendo y a veces comentando si estás abierta a ello.
Yo creo que parte del problema de lo que dices es el tema del silencio. No podemo hacer silencio, nos cuesta, porque en silencio a veces te sientes más solo. Y por eso nos enchufamos a donde sea, unos a la tele y otros a otras cosas, por no pensar(nos) ni pensar sin el nos.
No sé, se me ocurre...
Aurora, nuevamente gracias.
Y lo del silencio, está claro que es fundamental. Es cierto que en el silencio te puedes sentir solo, pero también es la oportunidad de darse cuenta de que se puede trascender la soledad, pues es en gran medida una ilusión. Se supera conectándonos con nosotros mismos, con el dolor, con los miedos, con la trascendencia, etc. También es lo que ahora se me ocurre...
Veo muy interesante tu texto. No sé si eres consciente, pero pienso que haces una comparación bastante acertada entre la manipulación cerebral y la televisión. Al fin y al cabo la televisión es un gran instrumento de control dirigido a las masas.
A favor y en contra de la televisión, puedo decir que es un instrumento que adormece a las masas y las tranquiliza de alguna manera. Parece como si la televisión estuviese llenando el hueco que ha dejado la religión con la proliferación de laicismo. Así hoy en día podríamos recuperar la famosa frase de "La religión es el opio del pueblo” y cambiar religión por televisión. Por supuesto y claro está que las diferencias entre ambas son notables, diferencias que en este momento no entrare a valorar.
A favor también te puedo decir que la televisión es una gran fuente de satisfacciones emocionales para aquellos que no son capaces de generarlas en su vida cotidiana simple y llanamente por que viven en la mierda o en la miseria más absoluta.
Como contrapartida creo que la tv causa una serie de daños colaterales, que quiero decir con esto: Creo que al igual que las personas sin capacidades notables pueden sacar mucho beneficio de ella, algunas personas con grandes capacidades no son conscientes de como estas se diluyen día a día delante de la caja tonta.
Abrir un debate sobre la televisión me parece muy interesante, te paso un escrito que hice precisamente ayer sobre internet y tv, es poca cosa pero échale un vistazo http://lacomunidad.elpais.com/ignachu2003/posts
PD: Me he tenido que hacer un blog para poder comentar tus textos!!!!!!!!!!!!!!! Así que te quiero ver generando material todas las semanas :P. Nacho.
Muy bien Nacho, ya que me he metido aquí, me lo tendré que currar un poquito... Procuraré meter algo todas las semanas, aunque ahora voy con retraso. A ver si me da tiempo a meter algo hoy sobre los aprendices de psicólogos...
Son muy interesantes tus comentarios y te los agradezco, pues enriquecen lo que he dicho. Sí pretendía relacionar la manipulación cerebral y la tv. Todo lo que dices me parece muy acertado y añadiría, a lo dicho, que las satisfacciones de la caja tonta son bastante vacuas y efímeras y por lo tanto no son satisfacciones de verdad.
Muy acertado lo que dices sobre Internet en tu blog. Y me alegro de haberte picado a escribir nuevas cosas en tu blog!! Seguiremos en ello. ¡A por el ciberespacio!! ;-)
Maribel
Me gusta tu blog y este artículo me parece muy interesante. ¿Por qué piensas, entre otras cosas, que no tenemos tv en casa?
¿Te das cuenta que has puesto dos ejemplos con la tele, como elemento manipulador?
Javier, me alegro mucho de que te guste mi blog. Bienvenido.
Soy consciente de que he puesto esos ejemplos de la tv, como elemento manipulador, pues es el medio que mejor manipula. Yo tengo tv en casa, pero normalmente solo la uso para ver alguna película de vídeo. Lo demás me aburre soberanamente y quiero preservar además mi salud mental. Hasta donde se pueda...
Por cierto, Javier, esta foto y la primera del blog son de Nueva York. Como lo tienes reciente, te lo comento...
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