viernes, 13 de noviembre de 2009

UNIVERSIDAD DE LA MÍSTICA Y CÁTEDRA EDITH STEIN


Se ha creado en Ávila (la cuna de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz), un nuevo centro, que se llama "Universidad de la Mística". Seguramente, para algunos sonará extraño, esto de la Universidad de la Mística, pues se preguntarán qué carreras se estudian ahí o bien, ¿para qué sirve eso?, o en caso de que la mística tenga alguna utilidad, seguramente la pregunta más lógica es si eso se puede transmitir o estudiar, de una forma académica. Quién sabe… Yo no lo sé... Pero sí sé que el tema de la mística, resulta interesante...

La cuestión es que se ha creado esa Universidad y que por diversas "casualidades" de la vida, me veo subida en ese barco. Me han pedido (y lo he aceptado) que dirija una Cátedra que se llama Edith Stein (en honor a esta filósofa y santa), que trataba de buscar paradigmas integradores en filosofía, para tener una visión más global del hombre y no parcial o reduccionista. del mismo Dicha Cátedra se dedicará sobre todo a cuestiones relacionadas con Psicología y Espiritualidad, desde una concepción filosófica de tipo personalista, es decir, teniendo como centro al ser humano, entendido en su totalidad. Algo que no siempre hace muy bien la psicología.

Desde dicha Cátedra, queremos organizar unas jornadas, dentro de unos meses, dirigidas a personas interesadas, en estas cuestiones, sobre la integración de la espiritualidad, dentro de la Psicología. Como sabemos algunos, la palabra “psique” significa originalmente alma, pero la Psicología se ha olvidado del alma del ser humana y se ha quedado en Logía… Desde este lugar de Castilla, queremos buscar el alma del ser humano, más allá de esquemas, visiones parciales o reduccionismos. Si lo conseguimos o no, aún no lo sé, que lo intentaremos, eso queda por descontado.

A donde va el barco… Dios dirá si se trata de otra “Nave de los locos” o si los místicos realmente nos servirán de inspiración, en la búsqueda de la verdad de la vida, de lo esencial o de lo más profundo del ser humano.

Espero que este nuevo ámbito, sirva de ayuda y de lugar de encuentro, para todos los que tenemos interés en estas cuestiones.

29 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Maribel, escribo por primera vez en tu blog; lo he leído y quisiera expresar mi contento por la creación de una Universidad de la Mística en el contexto católico. También quisiera decir algunas cosas en relación con el Catolicismo y con las actuales visiones de la espiritualidad. Creo que esta religión, tal como la ha entendido y la ha explicado la ortodoxia, al menos en los penúltimos tiempos, no permite la aprehensión de lo Divino, ya que ha sido convertida, sobre todo, en teología, en reglas para la convivencia y en oración de pedido, pero tal como la explican sus místicos nos aparece como una religión que verdaderamente permite la transformación en Dios, una religión completa en sí misma. Completa en sí misma ya que no necesita ser complementada por las explicaciones que dan de la espiritualidad otras religiones o sistemas de pensamiento como la Psicología Transpersonal (por ejemplo, acerca de la No-dualidad). Digo esto porque observo que, en la actualidad, los estudios que se hacen sobre la manera cristiana, y católica, de acceder a lo Divino, incluidos los que yo hago, van acompañados de una serie de comparaciones con las maneras de otras religiones y sistemas, como si no bastasen las explicaciones cristianas; y advierto en los mencionados estudios cierto complejo de inferioridad y no valorar completamente la joya cultural que tenemos en nuestras manos. Pero creo que es hora de que elevemos al lugar que corresponde obras como las de Teresa de Jesús, realmente muy poco estudiadas por los investigadores transpersonales, al mismo tiempo que iniciamos la crítica de ciertas visiones de la espiritualidad que se consideran más completas pero que, por ejemplo, despojan a la religión (en la práctica, tal vez no en la teoría) del intenso amor a Dios y de entrega a su voluntad, convirtiéndola en poco más que en un proceso cognitivo. Así sucede, sin generalizar, en obras enmarcadas en la Psicología Transpersonal y en la Psicología Integral, obras que incluso dificultan, según me parece, la apertura al Espíritu, ya que predisponen a que enfoquemos nuestra mirada sobre todo en nosotros mismos, tal vez con demasiada intensidad. Y no es que esté mal mirarnos a nosotros mismos, ya que ello permite recabar información y hacer mediante su procesamiento más fácil la vida, pero es preciso decir que en el camino espiritual, que no es fundamentalmente un proceso psicológico, importa mucho finalmente olvidarse de sí, como exponía santa Teresa, y abrirse amorosamente a Dios. Leo “Camino de Perfección” y al fondo veo a Dios, leo “Espiritualidad Integral” y al fondo sólo me veo a mí mismo como “yo turquesa”, y sólo veo una forma disfrazada de la “psicología sin alma” de la que hablaba Edith Stein. Un saludo.

Francisco

Pablo dijo...

Que gran noticia, ¡enhorabuena!
ya veremos cómo se desarrolla el tema :)

Maribel Rodríguez dijo...

Hola Francisco, muchas gracias por participar en mi blog y por tan interesantes y acertadas reflexiones.

Yo creo que es un buen síntoma, que en el contexto católico se den actividades de este tipo, pues muestran un intento de reconectar con la fuente original, con la esencia de la experiencia religiosa y con lo más profundo y auténtico del ser humano.

No estoy totalmente de acuerdo con que lo Católico no permite la aprehensión de lo Divino, pues en su origen, mostraba un camino para ello. Después, como ocurre con todas las instituciones, se ha caido en el anquilosamiento y el vaciamiento del Espíritu, en muchos de sus ámbitos. Muy especialmente en los más visibles, pues los místicos no gustan de hacer propaganda de sí mismos, ni de hacer aspavientos por ningún lado. Yo creo, que toda institución puede caer en quedarse con lo formal, lo superficial y lo dogmático. El matrimonio, es un ejemplo de esto. Si uno se acomoda y da las cosas por supuestas, quedándose con lo externo, acaba perdiendo su sentido.

Estoy de acuerdo en que hay una falta de conocimiento de los místicos de la tradición cristiana y una idealización de lo que viene de fuera (que también tiene su razón de ser). Ese complejo de inferioridad, al que haces alusión, es síntoma de una crisis que atraviesa al Catolicismo (y a más religiones), al quedarse con el dogma y lo externo, entre otras cosas.

Me consta que hay personas católicas, que quieren volver a lo esencial y que la religión se renueve, yendo a la experiencia original. Que es la que todo ser humano busca, en lo más profundo de su corazón, sea o no, consciente de ello. Incluso, el más ortodoxo y dogmático, se aferra a su ortodoxia, porque confunde su sed de Dios con una serie de dogmas, al modo de un manual de instrucciones. Pero sus miedos le impiden ir más allá.

Dentro de lo Transpersonal y de lo Integral también hay sed de Dios, búsqueda legítima de lo más sagrado de la vida, a la par que una actitud de autosuficiencia y soberbia en la que se acaba cayendo en el dogmatismo, en el insitucionalismo y en la idolatría de los fundadores de ciertas escuelas. Es decir, se cae en lo mismo que se critica y se acaban olvidando también del alma. A mí me parece que en esas escuelas hay ciertos elementos de verdad, pero también critico que si no se vive la experiencia, de nada sirve un mapeado minucioso de la experiencia espiritual, desde la visión racionalista, científica o como se quiera llamar.

Es cierto que las obras de los místicos nos llevan a Dios y las obras de autores más racionales, nos llevan a pensar sobre Dios, o sobre nosotros mismos, llegando a autoendiosarnos o creernos mejores que los demás mortales.

Me parece que la ortodoxia religiosa es el otro polo de superficialidad, que se contrapone a lo transpersonal. Por un lado, la ortodoxia tiene un manual de instrucciones para la masa (tratando de evitar que los individuos vayan demasiado por libre), y por el otro, lo transpersonal tiene el manual para el individuo autoensimismado en su propia contemplación. Ambos son, uno el reverso tenebroso o la sombra del otro. Ninguno nos lleva, al final, a lo que realmente queremos, aunque apunten a algunos atisbos de la realidad esencial, en ambos casos. Al final, cada uno ha de mirar en lo más profundo de su corazón y más allá de sí mismo, con una actitud humilde, de que no sabemos nada y experimentar que en nosotros y a la vez más allá, está Dios y el Todo. Y al final, ese Dios, que se creía distante, está en todo lo existente, sin dualidades, ni polaridades, ni miedos. Un atisbo de esto, por simple que parezca, ya nos lleva a otro sitio, más real y más lleno de alma.

Un saludo cordial

Maribel

Maribel Rodríguez dijo...

Pablo, muchas gracias por tu enhorabuena. A ver qué tal va la cosa. Por ahora he visto allí mucha receptividad y apertura a trabajar seriamente la cuestión. Ya os mantendré informados por aquí, de lo que me parezca más relevante.

Saludos cordiales

Maribel

Psicología Junguiana dijo...

Hola Maribel:

Enhorabuena por la cátedra! Me alegro mucho por tí, y por la propia institución.

Por cierto que se ha abierto un debate muy interesante, tras el mensaje de Francisco.

Me gustaría hacer algunas reflexiones respecto a los temas tratados en tu comentario y en el de Francisco.

Ciertamente, hace ya varios decenios, que se viene observando una suerte de avalancha, debido a una tremenda crisis que está afectando a Occidente desde hace muchos lustros, hacia expresiones espirituales más exóticas, como son las orientales. Este fenómeno en sí muestra dos asuntos cruciales: 1. Que vivimos en una época de crisis de valores, lo que se podría llamar un ocaso o muerte de las antiguas deidades; 2. Que el occidental contemporáneo está tratando de compensar esa pérdida trasplantándose a Oriente (o creando nuevos dioses, como son el Dinero y el Poder, o bien, en ciertos ámbitos, los OVNIs,etc.).

Pero las religiones orientales (o espiritualidad oriental) son una expresión de un alma antigua, con unas raíces profundamente ancladas y un sustrato cultural que las abona, muy diferentes a las occidentales. Por ese motivo, un trasplante de ese tipo puede conllevar una enfermedad anímica, tanto o más peligrosa que la vacuidad en la que está quedando el occidental medio.

Hoy, el cristianismo ya nada le dice al tecnocrático hombre moderno. Su ilustrada mente y la adoración a la Diosa Razón hacen que el mensaje cristiano le parezca infantil, contradictorio y, en último caso, hace tiempo superado.

Psicología Junguiana dijo...

Mas las consecuencias de semejante pérdida irreparable (me refiero al significado de los símbolos cristianos y/o al sentido profundo de sus rituales) las podemos ver a diario en los medios de comunicación: Guerras, Terrorismo, salvajismo atroz, materialismo a ultranza... ya no se sabe lo que es ser humano.

Cuando el hombre pierde el contacto con la Tierra Madre, con su Alma, entonces tienen lugar los acontecimientos que a diario vemos en los medios de comunicación. Los instintos primarios, del Dragón, se hace con las riendas de la cultura, de modo que lo más tosco, lo más burdo, lo más indiferenciado es objeto de adoración. Como ejemplo de rabiosa actualidad están los programas televisimos de máxima audiencia, que presenta un alcahueta haciendo ostentación de la mediocridad y la mentira. Es lo que sucede siempre que tiene lugar el ocaso de una civiliación, por otro lado.

Ciertamente, hay indicios de que en la Institución Cristiana se están produciendo cambios, que parecen aveninar una especie de nueva Reforma, o mejor, una renovación del mensaje cristiano. Mas, según a mí me parece, el retorno a la institución y la adherencia al cristianismo institucionalizado, por muy reformado que parezca, no constituirá la norma. Más bien, tiendo a pensar, guiado por mi intuición y por el estudio de uno de los símbolos que se relacionan con el espíritu de la época (zeitgeist), el Aguador o Acuario, que la búsqueda de la Verdad, de Dios en último término, pasará por un viaje interior que realizarán los individuos, adentrándose en lo más recóndito de Sí-Mismos, para, como los gnósticos de todos los tiempos, o los místicos de todas las religiones, encontrar la chispa divina que yace en su propio interior. Quizás los relatos artúricos, donde los caballeros de la Tabla Redonda se embarcaban en un viaje en busca del Santo Grial, representen mejor el espíritu de la época, que la Institución propiamente dicha. Tan es así, que la misma institución cristiana no se revitalizará, no se renovará, al igual que sucedía con el reino artúrico, sin que muchos Parzifales hallen la respuesta correcta a la pregunta singular: ¿Quién sirve al Grial?

Continuará...

Anónimo dijo...

Hola Maribel, Pablo, José Antonio…

A mí también me parece, Maribel, que el Catolicismo permite la aprehensión de lo divino; es lo que he intentado decir en mi carta anterior; pero no el Catolicismo que me enseñaron en el colegio, sino el que me enseñan sus místicos. También creo que la idealización de “lo que viene de fuera” ha cumplido importantes cometidos, como el de propiciar la lectura de estos místicos que durante muchos años estuvieron prácticamente olvidados. Y estoy seguro, tal como dices, que “hay personas católicas que quieren volver a lo esencial y que la religión se renueve, yendo a la experiencia original”. Lo que yo ahora vengo a exponer es que para volver a lo esencial de la Religión Católica no es preciso echar mano de otras religiones ni de la psicología, tal como hacen autores como Enomiya Lassalle o Thomas Keating. Hacerlo puede favorecer que muchas personas se acerquen al núcleo de la religión, lo cual está muy bien, pero igualmente puede relativizar tanto las cosas y degradar tanto la práctica religiosa que se considere que “contar respiraciones” es camino hacia Dios; o puede favorecer que se confunda religión con psicología. En fin, yo creo que los católicos que quieran volver a lo esencial del Catolicismo, o cualquier persona que quiera descubrirlo, cuanto tienen que hacer es leer y estudiar a místicos como Eckhart, Enrique Herp, Francisco de Osuna, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Miguel de Molinos, etc. y llevar adelante la oración de recogimiento, la oración de quietud, la oración contemplativa… (no practicar zazen). En este sentido es aleccionador el descubrimiento que hace Edith Stein del auténtico Catolicismo a partir de la lectura de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

Parece, según lo que voy diciendo, que yo fuera católico apostólico romano, pero no es así. Soy, desde hace muchos años, integrante de esa fauna transpersonal-zen-vedanta-etc. que configura hoy día los círculos espirituales. Si hago ahora una defensa específica de la mística católica (y digo a propósito “católica”, no digo “cristiana”), es porque estoy un poco harto del anticlericalismo actual expresado, no sólo en el ámbito político, sino también en los ámbitos social, cultural, religioso…, e incluso en el ámbito de mi interioridad y de la interioridad de casi todos mis conocidos. Así es que, románticamente y “artúricamente”, decido salir hoy en defensa del Catolicismo, lo cual hace que me sonría… Y también salgo en su defensa porque en mi proceso espiritual he llegado a zonas que, según a mí me parece, quedan mejor tratadas en el Catolicismo que en otras religiones; tal vez porque el Catolicismo forma parte de mis raíces culturales y el “trasplante” de las tradiciones orientales al que te refieres, José Antonio, me produce algunos problemas.

(Continúa)

Anónimo dijo...

Dices, José Antonio, hablando de la posibilidad de que una nueva Reforma esté avecinándose, que “el retorno a la institución y la adherencia al cristianismo institucionalizado, por muy reformado que parezca, no constituirá la norma”; y estoy completamente de acuerdo. Quiero señalar, no obstante, que en esa posible Reforma quizás hayan de incluirse elementos que hoy día nos parecen alejados de la verdadera espiritualidad, por ejemplo, los relacionados con las oraciones litúrgicas. Digo esto tras haber leído lo que expone al respecto Edith Stein en su tratado “La oración de la Iglesia”, en el que hace complementarias la oración solitaria en silencio y la oración litúrgica, entendida ésta como canto de alabanza a Dios hecho por una comunidad. Y lo digo también porque, después de muchos años de oración solitaria en silencio, echo de menos ese canto de alabanza a la Divinidad, unirme a otras personas, no para hacer una “sentada”, sino simplemente para entonar alabanzas al Dios que Es. Esto, quizás, desde mi fondo, esté pulsando cuando expreso estas cosas en este blog que me parece de orientación católica…; y es que en los ámbitos transpersonal-zen-vedanta-etc. en que me muevo es difícil expresarlas. En fin, creo que una Reforma se avecina…; desearía que ésta, en un afán de mimetizarse con el entorno espiritual de moda, no perdiese por el camino algunos elementos tradicionales que al hombre un tanto deforme de hoy día le parecen extraños.

Un saludo.

Francisco

El Aprendiz de Filósofo dijo...

Soy un exálumno y admirador tuyo de los cursos de Asepraf.

Sigue excribiendo cosas tan interesantes que nos iremos pasando por tu Blog. Cdt.

José Luis S. dijo...

Hola a todos.

Antes de responder a Francisco me gustaría saludar a César "El aprendiz de filósofo" porque hace mucho que no nos comunicamos.

Francisco. No entiendo muy bien tus reflexiones. O sí, pero hay puntos conflictivos en ellas que me gustaría tratar aquí, si no tienes inconveniente.

Al leerte lo siguiente: "yo creo que los católicos que quieran volver a lo esencial del Catolicismo, o cualquier persona que quiera descubrirlo, cuanto tienen que hacer es leer y estudiar a místicos como Eckhart, Enrique Herp, Francisco de Osuna, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, Miguel de Molinos, etc. y llevar adelante la oración de recogimiento, la oración de quietud, la oración contemplativa… (no practicar zazen). En este sentido es aleccionador el descubrimiento que hace Edith Stein del auténtico Catolicismo a partir de la lectura de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.", pienso, ¿realmente crees que es suficiente "leer y estudiar" (y llevar a cabo las oraciones de recogimiento) a los místicos católicos para recobrar la esencia del catolicismo? ¿No sería más adecuado realizar en todo caso sus prácticas contemplativas (en lugar de practicar zazen), o es ese el equivalente católico del zazen?

Por otro lado, lo que comentas de "Camino de Perfección" es una sensación que comparto al leer "Yo soy Eso" de Nissargadatta. Con la única diferencia que la no-dualidad trasciende a Dios. Tanto a su simbolismo, lógicamente, como a su experiencia.

Un saludo.

Maribel Rodríguez dijo...

José Antonio, estoy de acuerdo con la posibilidad de la renovación del mensaje cristiano (muy bueno eso del Grial), al igual que creo que esa posibilidad también está en otras tradiciones. Pero cada uno ha de trabajar en sus propias raíces. Por lo demás, gracias por tu interesante aportación, no se me ocurre más que decir, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices.

Francisco, nuevamente gracias por tus reflexiones y por expresarte con libertad, más allá de las modas y prejuicios dominantes hoy en día (como el anticlericalismo). Me parece que la Iglesia necesita críticas en muchos sentidos, pero no desde los prejuicios o desde la irracionalidad.

Entiendo muy bien de la experiencia de la que me hablas, pues yo misma, he pasado por algo parecido. He empezado por una educación agnóstico-atea, y por un escepticismo radical, lleno de prejuicios anticlericales (siendo militante anticlerical declarada), a explorar las religiones orientales (que me parecían antaño la panacea)y algunas occidentales (primero exploré el Islam y el Judaísmo, pues tenía muchas programaciones mentales anticatólicas), y de ahí pasé a cuestinarme que si realmente el cristianismo era tan malo. Entonces me acerqué a conocer el cristianismo y me topé con los místicos cristianos y vi que su lenguaje me encajaba y me llegaba mucho más, que el de los orientales (sin que eso me haga dejar de valorarlos enormemente).

Por mi propia experiencia, sé que recuperar las raíces culturales, lleva a una reconexión más profunda con el propio interior. Con eso no quiero decir que hay que seguir una religión concreta, sino que hay que conocer y sentir el sentido de la religión más cercana a la propia cultura (cuya historia y raíces van unidas a la misma).

Por otra parte, me parece fundamental el sentido de la comunidad, de esa oración litúrgica de la que hablas. Para mí, encontrar esto en el Catolicismo ha sido una fuente de riqueza interior. Esto no quiere decir que me haya vuelto ortodoxa, dogmática o radical. Simplemente, desde mi experiencia, he encontrado elementos de riqueza en el catolicismo, tanto desde la teoría como desde la praxis.

César, muchas gracias por tu amable comentario.

Saludos a todos

Maribel

Maribel Rodríguez dijo...

Y por cierto... que este no es un blog católico. Es abierto, al planteamiento que cualquiera quiera manifestar, sea de la religión que sea, de la filosofía o planteamiento vital que le parezca.

Saludos

Maribel

José Antonio Vázquez dijo...

Hola Maribel:

Me alegro mucho de la creación de esa nueva cátedra, que dé mucho fruto!!

Creo que estoy de acuerdo con lo que todo el mundo dice, así que no puedo aportar mucho.

Soy católico, me gusta mucho mi tradición aunque no comparta muchas veces ciertas actitudes de la jerarquía.

No podría ser otra cosa, y eso no me impide descubrir la riqueza de otras tradiciones y de cosas como la psicología,que creo me ayuda en el camino para vivir mi fe.
De hecho, creo que la mística católica se ha renovado y redescubierto al encuentro, entre otras, con estas fuentes, pero su esencia está en la doctrina católica. No se puede entender a los místicos fuera de ésta, ya que lo que hicieron fue experiementar lo que los dogmas expresan de modo simbólico o misterioso.Entre las corrientes espiritulaes católicas creo una de las más ricas es el monacato cvontemplativo.

Hago zazen y participo en la liturgia, todo ayuda, no los contrapondria. Hoy existe un zen cristiano y católico, que puede ser muy enriquecedor, creo.
Creo que es importante pertenecer a un linaje sin hacerlo de modo excluyente ni autoritario. Pero la pertenencia a una comunidad, iglesia, para mí es importante en el camino.

Bueno, así es como vivo mi catolicismo y es lo que puedo compartir.

un abrazo. Bendiciones.

Psicología Junguiana dijo...

Hola Maribel:

Sí, estoy de acuerdo en que la renovación a la que aludo, también es extensible a otras tradiciones. Pero aquí me refiero sólo al cristianismo, porque representa nuestras raíces, como he comentado en la nueva entrada a mi blog.

Precisamente en mi blog he continuado mis reflexiones, y he tocado un tema al que alude directamente José Luis; cuando comenta que no es suficiente con leer a tal o cual místico. Eso se hace desde una función de la consciencia, que es el pensamiento, y puede quedar ahí. Cuidado con eso, porque el diablo de la hybris (hoy llamado soberbia luciferina) está demasiado cerca en esos casos.

Un abrazo

José

Maribel Rodríguez dijo...

Hola José Antonio V., muchas gracias por tu comentario. Sí que me parece que aportas mucho, porque hablas desde tu experiencia y no desde dogmas y teorías. Estoy de acuerdo en que muchos místicos han bebido de su tradición, pero parece ser que también se da una mística que surge en lo más profundo del corazón del hombre, aunque éste no se haye inserto en una tradición determinada. La cuestión es, que sin dicha tradición, es posible que no se encuentre sentido a la experiencia o que a uno le genere tensión o sufrimiento, por desconocer cuál puede ser su significado. Esto fue lo que le ocurrió a una persona conocida, que me dijo que pensaba que se estaba volviendo loco, al sentir súbitamente una conexión con lo trascendente y experimentar un sentido de la realidad antes no experimentado. Al decirle yo que eso no era locura, sino un privilegio, se sintió mucho más tranquilo y contento. Es interesante lo que cuentas en tu blog (wwwespiritualidadprogresista.blogspot.com) sobre el tema del zazen y el cristianismo. Os invito, a los demás, a pasaros por ahí y leerlo.

José Antonio D., fundamental lo que dices, haciendo alusión a José Luis, de que no se puede acceder a la mística solamente con el pensamiento. Se trata de experiencia, de práctica, de autoconocimiento y no simplemente de lecturas, que ayudan, pero no son suficientes e incluso pueden dañar al individuo si por leer mucho de estos temas, se siente por encima de los demás (soberbio) y pretende por eso ser más místico o "iluminado" que nadie.

Un abrazo a todos

Maribel

Anónimo dijo...

Hola a todos:

Intentaré aclarar algunos asuntos que quizás haya dicho un poco a medias en mis intervenciones anteriores. Obviamente, al hacer una defensa del Catolicismo, no digo que otras religiones no sean igualmente válidas. En cuanto a la práctica de la oración, o de la meditación, quisiera remarcar que considero que dicha práctica es lo más importante, aunque también lo sea llevarla a cabo teniendo en cuenta las instrucciones que los maestros dan al respecto. En este sentido, estudiar lo que dice Francisco de Osuna en “Tercer Abecedario Espiritual” o santa Teresa en “Camino de perfección” sobre la manera de introducirse en la oración vocal, la oración de recogimiento, la oración de quietud…, me parece importante (si es que se quiere llevar adelante la oración en el contexto del Catolicismo), pero me parece más importante dedicar un buen rato cada día a la oración en soledad y en silencio. (En la tradición Zen, se diría que es importante hacer una “sentada” todos los días.) Desde luego, si yo hubiera leído a santa Teresa, me la hubiesen explicado adecuadamente en el colegio y hubiera trabajado tal como ella enseña, no me habría hecho falta practicar zazen, según me parece. Por eso digo que para acercarse a lo esencial del Catolicismo, cuanto hace falta es leer las enseñanzas de sus místicos y, obviamente, llevarlas adelante y practicar intensamente la oración (TAL COMO ELLOS LA ENSEÑAN). Por esto es que me parece importante la creación de una Universidad de la Mística católica.

Entrar en las similitudes y diferencias entre las oraciones de recogimiento y de quietud, tal como las describen Francisco de Osuna y santa Teresa, y la cuenta de respiraciones y el shikantaza zen, me parece que sería bastante complicado para hacerlo en el espacio de este blog. Solo podría decir que la calidez que tiene la oración cristiana, en la que el vínculo emocional con Dios y la entrega a su voluntad son tan importantes, poco tienen que ver con la “sentada” zen; aunque seguramente a un oriental, esta práctica le resulte mucho más significativa que abandonarse a la voluntad de un dios extraño… Pero bueno, cada cual hace lo que considera mejor… A mí, desde luego, ahora me parece más cercano “el abandono a la voluntad de Dios” que “el trabajo con la mente que no busca ni aprehende”, y quizás también más abarcador, ya que entran en juego tanto el intelecto como la emoción, lo cual no sucede tan intensamente en la práctica zen (en relación con la emoción).

(Continúa)

Anónimo dijo...

En cuanto a lo que dices, José Luís, respecto a que la No-Dualidad trasciende a Dios, copio unas palabras del Maestro Eckhart: “Por eso ruego a Dios que me libre de ‘Dios’, PORQUE MI SER ESENCIAL ESTÁ POR ENCIMA DE DIOS”. Esta frase está al final del precioso “Sermón sobre el hombre pobre”, que se puede encontrar en Internet. El asunto de la No-Dualidad en el Catolicismo lo trata bastante bien el beato Juan Ruysbroeck en “Bodas del alma”. También se hace referencia a la No-Dualidad cuando se habla del “matrimonio espiritual”, en el que se produce la completa unión con Dios después de haber descubierto a Dios como mundo (“Mi amado [es] las montañas…”) y como lo que está más allá del mundo (según describe santa Teresa al hablar de la oración de unión).

Por si al final no me he expresado bien, vuelvo a decir que lo que considero más importante es dedicar un buen rato cada día, y aun todo el día, a la meditación según la explican los verdaderos maestros, y que si uno quiere descubrir la esencia del Catolicismo, lo mejor es leer lo que dicen sus místicos y vivir y orar según ellos explican. Seguramente a muchas personas les viene muy bien utilizar la práctica zen, por ejemplo, junto a la oración cristiana; ¡estupendo! Pero quiero señalar que la oración cristiana me parece por sí sola un modo de proceder completo, que no necesita ninguna otra práctica de apoyo. A quienes consideran el Catolicismo como una religión no tan desarrollada como, por ejemplo, el Budismo, argumentando que el Catolicismo es una religión dual, yo les diría que quizás esto no sea tal como dicen y que quizás lo que ocurra es que haya cierto desconocimiento de la mística Católica entre los investigadores de estas cosas espirituales (entre otras cosas, por ser bastante dificultoso leer textos de la Edad Media y del Renacimiento).

Bueno, nada más. No era mi intención haberme extendido tanto, pero la cosa ha ido saliendo así. Creo que lo que pretendía decir ya ha quedado expuesto. Un saludo.

Francisco

José Luis dijo...

Agradezco enormemente tu extensión, Francisco.

A veces un mensaje de incomprensión como el mío sirve de catalizador para una extensa tan cuidada y esclarecedora.

Te felicito.

José Antonio Vázquez dijo...

Me parece muy interesante lo que dice Francisco. Por si puede ayudar comento:

La mística cristiana es de una gran riqueza; el problema es que la mística no sólo se puede vivir leyendo libros. Desgraciadamente por ataques internos y externos, o por lo que sea, la mística cristiana viva se fue apagando y quedando reducida a una actitud de devoción piadosa salvo escasas excepciones.

Creo que en la realidad eclesial hoy es difícil encontrar esa mística de moda vivo y actual. Es curioso que sea en los grupos que han conocido la meditación oriental en los que se ha revivido esa mística. Por lo que hoy la míostica cristiana creo que está más viva en estos grupos que en los tradicionales.

Conozco el zen cristiano, que expresa us experiencia en términos relacionales, habla del Amado por ejemplo, y a la vez valora la razón, no es un sentimentalismo piadoso.

Dentro de la línea católica "no oriental" por así decirlo recomendaría a Jaume Boada, un dominico que vive y difunde la espiritulaidad del abandono.

Pablo dijo...

Voy a aprovechar la sabiduría, el conocimiento y la experiencia que confluyen en los comentaristas y a pedir consejo. ¿Qué aconsejaríais a una persona joven, cuyo entorno y educación han sido ajenos a cualquier tipo de religión o espiritualidad, que anhela profundizar en este camino, pero que al intentar dar los primeros pasos experimenta vértigo, no sabe muy bien hacia donde dirigirlos, no sabe en realidad qué hace o qué espera, siente que su realidad inmediata cojea pero que al menos se trata de un cojeo familiar, conocido, que quizá no lleve muy lejos.. pero que al mismo tiempo resulta más seguro que el abismo que es capaz de sentir frente a sí, aún tratándose de un primer paso?

Manuel dijo...

Hola a todos.

Yo suponía que de esto no volvería a hablar en publico pero, os he leído y no puedo evitar dar una opinión.

En caso de que moleste a alguien con ello, sinceramente, le pido perdón por adelantado y le pido que me disculpe por mi ignorancia, pero...

Yo no soy cristiano, pese a criarme en el cristianismo, y nunca lo sabría ser, pues me faltan la clase de emotividad que me lo convertiría en un camino compatible conmigo. La verdad, no creo en caminos universales, ni que estemos predeterminados por nuestra cultura más para uno que para otro. Creo que eso es algo que nace del corazón, no de la cultura y por lo tanto habrá orientales para los cuales el cristianismo sea un camino más adecuado que el zen y occidentales para los cuales suceda a la inversa. Pero, algo del cristianismo como camino conozco pues como es natural para ver hasta que punto me resultaba adecuado antes lo tuve que probar, un poco al menos. Y, no me cabe duda que el cristianismo es una tradición completa por si misma. No necesita de nada más. El que sea capaz de seguir ese camino llegara hasta donde llega cualquier otra tradición completa.
Es que no le falta de nada, dispone de medios para llegar a donde el corazón te lleve y nunca entendí como tanta riqueza podía yacer dormida y olvidada entre el polvo. y, pese a conocer mucho mejor a Nissargadatta que al Maestro Eckhart lo cierto es que me he apoyado en ambos y puede ser ignorancia por mi parte pero no veo que la experiencia de uno sea distinta a la del otro; el lenguaje lo es, la forma en que llegaron por supuesto, su punto de partida... Pero la experiencia alcanzada creo que es la misma.

Fue una sorpresa muy grande y grata encontrar el blog de José Antonio Vázquez, pues hasta entonces todo mi contacto con el cristianismo me llevaba a pensar que tal cosa no podía existir salvo en mis fantasías y deseos. Lo que el propone me parece muy interesante aprovechar el zen para innovar en el cristianismo, siempre y cuando se haga desde el conocimiento de ambas vías. Eso no significa que el zen, en mi opinión sea necesario para un cristiano que quiera adentrarse en estos terrenos, pero sí que puede ser una ayuda y nada que pueda ayudar se debería desperdiciar, al fin y al cabo por grande que sea un tesoro siempre se puede enriquecer más.

Anónimo dijo...

Pablo, como ves, ningún comentarista, yo incluido, se siente capacitado para contestar tu pregunta. Así es que pongamos a san Juan de la Cruz por medio y que sea él quien de la cara. ;-)

Decía (traduciendo a Guido Cartujo): “Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros han contemplando”.

El abismo ante uno es el permanente paisaje a ir atravesando hasta que Dios abre… ¡Animo!

Francisco

Tereza Halasová dijo...

Hola Maribel,
hasta hoy no he podido leer entera esta entrada de blog. Me alegro muchísimo por esta noticia, y por todo lo que supone para ti y para las personas que podremos de forma directa o indirecta disfrutar de tu sabiduría. Un abrazo
Tereza

Maribel Rodríguez dijo...

Muchas gracias a todos, por vuestras aportaciones. De muchas no se me ocurre más que añadir.

Manuel, bienvenido por acá. No veo motivos para que nadie se vaya a ofender por tus reflexiones. Lo importante, es que lo que uno vive, le acerque a lo Esencial. Y cada uno ha de buscar su camino, a su manera, como es lógico. Dentro de lo que dices, hay coincidencias con lo que ya hemos hablado antes. Pues por ejemplo, señalas que los lenguajes son diferentes, aunque la experiencia final pueda ser la misma. Precisamente, ese lenguaje, no siempre se puede comprender o traducir desde otra cultura (al menos no totalmente), porque hay una serie de experiencias y condicionantes culturales, que van unido al mismo. Esto no quita, que nos enriquezcamos de los pensadores orientales. Para mí, personalmente, han sido y siguen siendo fuente de riqueza espiritual.

Con respecto a tu pregunta, Pablo, no es fácil de contestar. Cada uno ha de hallar sus propias respuestas, pero no debe dejar de buscar. Yo te recomendaría que conozcas más de las tradiciones, empezando por la de nuestro propio contexto cultural y que hables con quienes también están en la búsqueda, escuchando si es posible, a personas que vayan por delante de ti y de las que puedas aprender como caminar. Parte de la búsqueda, es escucha, silencio, mirar dentro de uno, pero también relación, comunicación y apertura a los demás y al mundo. No se trata solo de leer, sino de experimentar y de aprender a amar a los demás y a uno mismo.

Tereza, muchas gracias por tu comentario y por compartir con nosotros tu alegría por la noticia.

Abrazos a todos

Maribel

Anónimo dijo...

Buenas a todos,
tanto José Antonio como Francisco han escrito sobre una posible reforma en la Iglesia Católica. Hace unos días se daba a conocer que aproximadamente la mitad de las iglesias españolas no tienen cura y que la edad media de estos ronda los 60 años (y el grueso de los que acuden a misa no debe ser mucho más joven). Si esa reforma de la que estais hablando no se da prisa creo que tendrá que hacerse en un ambiente muy distinto al actual, donde se desarrolle a nivel individual como apunta Jose Antonio o de una forma más cercana a sus inicios, con pequeñas comunidades con menos presencia en la sociedad.
No digo que la Iglesia Católica vaya a desaparecer de España, pero si no hay curas para celebrar misa dentro de unos 15 años, tampoco se celebrarán bautizos, comuniones o bodas que son, a mi entender, la formas de unión más importantes que tiene la sociedad actual con iglesia.
Un saludo a todos.

Maribel Rodríguez dijo...

Megamazinger, no hay duda de que la Iglesia católica, al igual que otras religiones, está en crisis. Se impone la necesidad de una renovación y yo creo que por algún lado están aflorando nuevos brotes. Me parece que eso que dices de las comunidades pequeñas es algo fundamental para ello y me consta que ya las hay.

Con respecto a los bautizos, comuniones y bodas, yo creo que es la forma más superficial de relación que tiene la mayoría de la gente, con la Iglesia. Se ve más como un acto social, que como algo que tenga que ver con lo trascendente.

Quizás, esta crisis que se está dando, sea por fin la oportunidad de que las cosas cambien.

Saludos a todos.

Maribel

Anónimo dijo...

Hola a todos:

A mí me parece que el Catolicismo, después de tres siglos de crisis, está reviviendo, entre otras cosas porque algunos sectores han sabido escuchar lo que tenían que decir otras tradiciones espirituales. Ahora que estoy iniciando un acercamiento a grupos católicos, veo que la contemplación se abre paso con fuerza en varios de ellos. La labor, por ejemplo, que está haciendo en España Nicolás Caballero, sacerdote claretiano, enseñando la oración de recogimiento, es muy valiosa. (Su libro “Cómo enseñaba a orar santa Teresa”, ed. Monte Carmelo, es admirable.) Me sorprende que incluso en el nuevo Catecismo se haga referencia, al hablar de contemplación, a la estupenda definición “yo le miro y Él me mira” y al “amor silencioso” de san Juan de la Cruz. En fin, creo que la contemplación cristiana está aportando actualmente un amor a la Divinidad (o como queramos llamarla) y una frescura que no observo en la mayoría de practicante de otras tradiciones contemplativas, los cuales, sobre todo, se aburren y se cansan durante la “sentada” (por lo menos en los grupos en los que yo he participado). Igualmente creo que la contemplación cristiana, al tener como base la entrega a la voluntad de Dios y el considerar que “Dios es la ‘atmósfera’ dentro de la cual vivimos” (como viene a exponerse en el Evangelio), propicia descansar amablemente en el momento vivido tal cual es, sin ese afán tan estresante, que tienen casi todos los “meditadores”, por lograr experiencias o por alcanzar determinados estados. Con esto que digo no invalido ninguna tradición contemplativa, pero sí cuestiono la actitud con que la mayoría de los meditadores occidentales de hoy día se enfrenta al hecho contemplativo (hablo de los grupos que conozco). Como es natural, no generalizo y no considero mi manera de ver estas cosas como totalmente correcta.

Un saludo.

Francisco

Luis Pesciallo dijo...

En vez de ver películas trato de escribir una canción, en vez de leer tantos libros, trato de encontrar el ritmo de mi alma

En vez de volverme loco cuando considero mis posibilidades, en vez de contar mis bendiciones, trato de encontrar el ritmo de mi alma.

Ceder, dejar pasar, inclinarse y ladearse son cualidades de la Gracia.
Dar algo a los que tienen y a los que no.

Quisiera parar de tratar de ganarme el cielo con mi sudor, y en vez de eso, despojarme de todos mis títulos y yacer, aunque sea una vez, desnudo frente a tus ojos.

Cuando ansío descanso, cuando en las noches oscilo entre el misterio y el pánico, cuando lloro como un niño entre el berrinche y la necesidad de cariño

Maribel Rodríguez dijo...

Francisco, son interesantes los datos que das, muchas gracias. Me parece fundamental recuperar el aspecto contemplativo, en la tradición cristiana, pues enriquece muchísimo cualquier práctica espiritual.

Luis, muchas gracias por tus bellas palabras.

Un saludo

Maribel