Se ha publicado recientemente un nuevo libro, que ha levantado una importante polémica, sobre la vida de Freud, en el que éste es acusado de charlatán, mentiroso, fracasado, etc.
Para los que trabajamos en el ámbito de la Salud Mental, este tipo de acusaciones no resultan novedosas ni originales, sino más bien cotidianas. Aparecen dentro de los comentarios de pasillo, opiniones de profesionales con orientaciones psicoterapéuticas diversas, o se muestran como expresiones prejuiciosas de quienes se sienten atacados y dolidos con algunas de las afirmaciones del Sr. Freud.
A mí no me resulta ajeno escuchar, entre mis alumnos, cuando les pregunto sobre qué saben de Freud, afirmaciones como: “se le fue la pinza…”, “estaba loco” o “a ver si va a resultar que eres más psicoanalista de lo que pareces…” en tono acusador, hacia mi persona. Incluso, en algún momento, ha habido algún filósofo que me ha pedido que le ratificara que el psicoanálisis no es científico y que le recomendara artículos en que se demuestre que no lo es y que le ayudara a buscar pruebas de que no hay estudios científicos, que muestren su eficacia, en ningún trastorno. ¿No son esto prejuicios? Me pregunto cómo es posible llegar a conclusiones semejantes, sin un conocimiento mínimo de los planteamientos de un autor y de sus aplicaciones prácticas. Sí respetaría dichas conclusiones, si partieran de un estudio riguroso de las hipótesis y métodos de los planteamientos del autor, puesto en cuestión.
Desde que Freud inició su novedoso periplo, su andadura no ha estado exenta de dificultades. En parte por presentar teorías novedosas, que ponían en evidencia ciertos aspectos oscuros del ser humano y en parte, por hacer afirmaciones sin mostrar suficiente fundamentación y rigurosidad. Pero a pesar de tanta objeción y resistencia a sus teorías, pocos autores han tenido tanta influencia en el lenguaje de una cultura, en la literatura, el cine o la misma ciencia como ha sido el caso de Freud. Filósofos, escritores, cineastas, psicólogos, psiquiatras, entre otros muchos, se han interesado en indagar en los planteamientos freudianos y se han dejado inspirar por ellos, para desarrollar sus propios trabajos. Por otra parte, pocos autores han tenido tanta repercusión en la práctica clínica, como ha sido el caso de Freud, al que se ha llegado a llamar el “padre de las psicoterapias”. Numerosos conceptos acuñados por él son imprescindibles en el lenguaje clínico, como es el caso de los conceptos “consciente”, “inconsciente”, “transferencia”, “actos fallidos” o “mecanismos de defensa”, entre otros. Sin olvidar, que numerosas escuelas de terapia, cuyos tratamientos se aplican con éxito a diferentes tipos de problemas humanos, tienen una inspiración importante en planteamientos psicoanalíticos. Tal es el caso de la Gestalt de Perls, la Logoterapia de Frankl, la Psicología Analítica de Jung, la Psicología individual de Adler, la Bioenergética de Lowen, el Psicodrama de Moreno, la Psicoterapia Centrada en el Cliente de Rogers, diversos tipos de Psicoterapias Breves o las terapias Sistémicas, entre otras. Sobre muchas de éstas y otras de corte más directamente psicoanalítico, hay estudios de eficacia, ante diferentes trastornos (como son los trabajos de Bateman y Fonagy sobre su eficacia en pacientes con trastorno límite de la personalidad), sin obviar, la nutrida literatura existente, sobre estudios de caso único, aportados por numerosos psicoanalistas, en los que se quedan reflejados los beneficios que han obtenido muchas personas. Por algo, la Asociación Americana de Psiquiatría recomienda aplicar este tipo de tratamientos, para algunos trastornos psíquico. ¿Serán ellos también unos charlatanes?
Con todo lo planteado, no quiero decir que todos sus principios sean infalibles, ni que su método sea la panacea para cualquier problemática humana. El psicoanálisis, como la vida humana, tiene sus luces y sus sombras…
Aparte de lo dicho, no podemos olvidar, que después de Freud, el psicoanálisis ha evolucionado, y se han ido desarrollando otros planteamientos, que resultan en muchos casos, de interés y utilidad para cualquier clínico. Por ejemplo, tenemos a autores como Carl Gustav Jung, Alfred Adler, Otto Kernberg, Otto Rank, Erich Fromm, Alice Miller, Sandor Ferenczi, Erik Erikson, Harry Stuck Sullivan, etc.
En tiempos relativamente recientes, es reseñable el trabajo de el premio Nobel Eric Kandel, por ejemplo, en su artículo A New Intellectual Framework for Psychiatry en el que plantea la interrelación que se da en el ser humano entre los planteamientos de la neurobiología y del psicoanálisis.
Quizás, algún lector de este texto, puede considerarme como sospechosa de psicoanalista y suponer que escribo mediatizada por mi secta. Pero siento decepcionar a quién esgrima semejante idea, pues no me identifico con los planteamientos psicoanalíticos, aunque he de reconocer honestamente, que aportan numerosos elementos valiosos al desarrollo de una psicoterapia. Freud dio los primeros pasos, para el desarrollo de la comprensión interior del ser humano y gracias a su trabajo se han podido seguir investigando y conociendo numerosos aspectos relevantes de lo que les ocurre a las personas. Su legado ha sido valioso e inspirador y ha abierto una puerta a la exploración de nuestro mundo interior. ¿Es justo acusarle ahora de charlatán y mentiroso? O mejor dicho ¿es esto realista?
Por último, quiero recomendaros una interesante película de John Huston, sobre la vida de Sigmund Freud, que ayuda a tener una visión interesante sobre el mismo. Se titula Freud, pasión secreta.
Podéis leer también sobre este tema, los comentarios de José Antonio Delgado y de Moisés Garrido.
2 comentarios:
Leer escritos desapasionados acerca del psicoanálisis es estimulante. Precisamente uno de los puntos que practicó en su vida profesional S. F. fue la intolerancia con sus contradictores, lo cual generó semejante actitud por parte de sus seguidores. Como Marx, S.F. encontró algunas verdades fundamentales sobre el comportamiento humano (el inconsciente, p.e.) que orientó cualquier comprensión posterior de cómo actuamos las personas. Pero al mismo tiempo se enredó con interpretaciones fantasmagóricas que defendió a capa y espada, buscando hacer gavilla contra sus contradictores. En otras palabras, siendo un gran visionario, hay que leerlo con ojo crítico para develar sus falacias sin fundamento. Y no caer en la red cuasi religiosa de algunos de sus seguidores.
Gracias por tu comentario Rodrigo.
Totalmente de acuerdo en que hay que leerlo con el ojo crítico que no toleró en sus discípulos.
Saludos
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