viernes, 18 de junio de 2010

CORRUPCIÓN EN EL SISTEMA

No es nada nuevo decir que todo sistema o institución se puede corromper y/o enfermar. Más de una mente preclara ha escrito y ha denunciado diferentes modalidades de patología institucional. No obstante, me animo a dejar aquí unas pocas líneas al respecto…

Supongo que algún sentido tendrá que existan sistemas e instituciones, por aquello de organizarnos, cooperar unos con otros, tener unas pautas de actuación o simplemente buscar seguridad o lo que sea… Pero a la vez que existe el sujeto-sistema, existe la posibilidad de su enfermedad. ¿Se podrá curar?

Tal vez sea mi ingenuidad la que a veces me ha hecho confiar en la buena fe de quienes trabajan para diferentes tipos de sistemas. Y a veces he confiado con tino, pero otras no.

Lamentablemente, he podido observar, entre personas supuestamente ilustradas, diferentes dinámicas, que son tal vez herencia de nuestro pasado reptiliano, primate, o tribal (en el mejor de los casos). Trataré de poner algunos ejemplos.

En primer lugar, nos podemos encontrar con encarnizadas luchas territoriales o de poder más o menos explícitas, por parte de quienes aspiran a aumentar un poco su parcela de influencia, porque es muy posible que lo necesiten, porque su inseguridad les lleve a que no tengan capacidad ni para regir su propia vida con sensatez. Algo de seguridad básica debe faltarle al segmento reptiliano de su cerebro, que les empuja a luchar encarnizadamente por una mesa, un despacho o un poquito más de presencia y/o influencia.

A su vez es curioso comprobar, como con frecuencia, las personas con talento y capacidad, son marginadas, solamente por envidias o inseguridades, cuando no explotadas, para que aporten nuevos frutos con los que alimentar el sistema. Esto último no es más que una variante moderna del vampirismo.

Otra modalidad es la del descerebrado y/o desalmado cuyo deporte es el de la conquista y después escalada del mejor puestillo, dentro de la institución. Para esto sirven diversas artimañas. Es de antiguo conocida la estrategia de la seducción a través de la adulación a los jefes, el ser su IBM (“y veme por un”…), o tener una ascensión profesional meteórica a través estrategias que movilizan mecanismos hipotálamo-adrenales-genitales, o dicho de otra forma, ligarse al jefe. No desestimemos a las mujeres que tienen tal capacidad, pues el movilizar ciertos circuitos cerebrales primarios en el prójimo, puede ser más productivo que hacer la carrera en Yale o tener un expediente brillante. Y esto no es lo peor, a esto se añade, que debido a que esas personas que escalan fraudulentamente, están inseguras, dadas las artes escurridizas y ocultas por las que ha logrado su puesto, y por ello se dedican a lanzar envites sutiles o explícitos hacia quienes le aumentan su propia inseguridad, por ser mejores que ellas. Para éstas puede ser una gran incomodidad convivir con quienes son capaces por sí mismos, sin artimañas primitivas, de lograr sus objetivos. Es un pecado grave para ellos el tener libertad, autonomía o ideas propias. Esto con frecuencia, suele convertirles en objeto de la envidia y de la desconfianza y de no pocos ataques. Quizás porque como son más listos, podrían descubrir las estrategias un tanto tétricas, de los corruptos, para seguir escalando posiciones. El resultado, es hacerles la vida imposible a personas más trabajadoras y astutas. Lo cuál no beneficia precisamente a una mayor eficacia y funcionamiento del sistema, sino que solamente sirve para invertir demasiada energía en cuestiones poco productivas, cuando no, a esquivar un “apuñalamiento” por la retaguardia, en lugar de invertirla en un trabajo más productivo.

Podemos señalar otra forma de patología institucional, que se manifiesta, por quienes desarrollan su escalada, colgándose de la cuerda de otro, o chantajeando emocionalmente o de cualquier otra forma, a otros que se dejan esclavizar y son los “negros” del superprofe con trayectoria estelar, y miles de publicaciones, de las que no sería capaz de expresar una idea coherente, ni durante 5 minutos, dado que él no ha escrito prácticamente ninguna de las que constan en sus publicaciones. Ha tenido sus “esclavos”, que a cambio de ciertas expectativas futuras de éxito han escrito sus artículos, aunque su autoría no conste en ningún lugar. Por poner un ejemplo, conozco el caso de una persona que recopiló, redactó, entrevistó, estructuró e hizo todo lo necesario para escribir un libro que desarrollaban varios autores, y ni siquiera aparece en los agradecimientos. El profe de turno consta como compilador y autor de la obra. Espero que a la persona que lo hizo tal vez, al menos le dieran las gracias. Añado que me consta que no recibió ninguna remuneración por su trabajo.

Pese a todo lo dicho, no quiero dejar la impresión de haber caído en el desaliento. Sigo creyendo en las personas, en que pueden tener buena fe, mejorar y evolucionar. Se puede transformar una vida basada en el miedo, en una vida basada en el amor. Tengo confianza en que el trabajo de quienes luchamos honestamente por ciertos ideales, tenga algún frutos. Y es posible, que esas personas enfermas, que enferman el sistema, tengan alguna cura. Confiemos en sus corazones y en la posibilidad de ayudarles a pensar que pueden ser libres, algún día, de sus miserias.

Mientras tanto, me mantengo en el sistema universitario. Porque creo en mis alumnos y en lo que pueden llegar a ser y porque me parece, que es necesario ayudar a sanar al sistema desde dentro. Quizás tenga razón o quizás no. Mientras no lo tenga claro, lo seguiré intentando… Si me dejan…

10 comentarios:

Fran Antón dijo...

Lúcida, valiente, fresca y liberadora entrada, Maribel.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Mujer por aquello de aportar otra visión mas conducente al crecimiento personal sin obviar,.... por que se el sufrimiento cuando el poder descerebrado toca no a uno que no da mucho de si, pero si a personas a las que te unen un gran afecto viéndose afectadas y perdidas, en fin a uno se le cruzan los cables aunque al fin impera el tino y la comprensión.

Yo sinceramente abriría una suscripción donde derramar animo y afecto con felicitaciones y regalos a todos estos "Tiranos". Que seria de las personas con talento sin unos depredadores que entre unas de sus virtudes están en sacar lo mejor de uno, afinar los sentidos, hacerse mas conscientes del territorio despertando lo que a lo mejor permanecería escondido por no poderlo practicar, a trascender el miedo y obligar a dar saltos cualitativos entre espinos y alambres.

Lo mejor de un descerebrado es que te obliga a discernir lo importante "La dignidad" versus venderse......

Además no seamos ingenuos, el descerebrado pisapersonas no cambia, el único amor que necesitan se llama "Provocación", animarles para que cometan toda clases de tropelías, por que su victima " El hombre" siempre saca lo mejor de si mismo cuando esta entre la espada y la pared......

En fin es otra visión, por aquello de llegar a la conclusión que no hay amor y ejemplo que a estos usuarios de la violencia psicología creadores del desamparo pueda hacerles cambiar, quien sabe a lo mejor el derrotarlos con toda las consecuencias hasta hundirlos evite nuevas victimas, mientras que la paciencia y el amor lo único que consigue es eternizar al vampiro hasta su jubilación con cientos de muescas en su cama......

La tibieza no siempre es una buena elección......, posiblemente sea la peor.

!Que les corten la cabeza....

Saludos

JM Reina de Corazones

Maribel Rodríguez dijo...

Muchas gracias Fran!

Juan Manuel, haces observaciones muy atinadas, pero el tema es complicado. No sé si yo sería capaz de cortar cabezas y cuando el tema me ha afectado directamente, he dado la cara y luchado por mis derechos, con más o menos éxito. Cuando no he conseguido nada, me he marchado, sin ocultar a nadie lo ocurrido. Cuando ha afectado a otros, también he luchado. Y es verdad, que muchas veces el lenguaje compasivo y amoroso no sirven, aunque me parece que poner los límites, protestar y luchar por la justicia, aunque sea a sablazos es también una forma de amor y compasión, pues puede ayudar en algunos casos a desenmascarar a los corruptos, a ponerles en evidencia, o lo que sea. De todas formas, en los primeros pasos no está de más evitar la actitud pacífica. Aunque claro, para los tiranos, en algunos casos esto les puede retroalimentar o paradójicamente enfurecer...

Saludos

Maribel

Anónimo dijo...

Filosóficamente hablando y en aras de dotar de equilibrio y claridad a este espinoso tema, he pensado que aplicar el arte del "Aikido" al Poder creador del desamparo es la única solución en conciencia. Este arte consiste en acompañar proporcionalmente a la inercia que provoca el descerebrado, cuan lejos llegue junto a la dimensión del golpe es un asunto que solo le concierne al agresor. Digamos por tanto que la creatividad es un arte libre de ideas preconcebidas sobre lo que esta bien o mal. Pero es filosofía y todo necesita su aprendizaje.

JM

Anónimo dijo...

Evidentemente sólo hay patología institucional si hay algún tipo de patología personal. No tiene por qué ser patología en el sentido clínico, simplemente valdría como pathos, etimológicamente, como pasión. En este caso la pasión por ser algo desde el destello del Ideal, que en la mayoría de los casos es mortífero porque en el caso que nos propones se hace a costa de los demás. Te refieres principalmente al ámbito universitario. Podría hablarte del ámbito las escuelas psicoanalíticas, donde se ve muy bien esa patología institucional, pero con mayor delito porque se supone que han pasado por un diván... Allí no se admite ninguna crítica y la gente que destaca en la institución previamente ha tenido que analizarse con tal o con cual. Algunos incluso en su currículum dicen: analizante de tal o se analizó con cual... Entonces me hace preguntarme ¿de verdad estos se analizaron? Y caigo en la cuenta que haber pasado por un divan en el fondo no te hace mejor persona ni más auténtico, lo que yo descubrí en el diván, por ejemplo, no es más que un conocimiento sobre mí, pero al final en la vida se trata de la decisión ética en cada acción, ahí estamos solos y esa acción nos define y no el ser el figurín tal o aparentar cual. Por eso creo que al final, como comentaba, es la acción, el camino que forjamos como personas en cada palabra, la ayuda en una conversación, en terapia, en el calor humano que transmitimos a los demás, eso es lo verdaderamente importante.

Jesús.

Maribel Rodríguez dijo...

JM, interesante eso que dices del Aikido. Es algo así como el judo ¿no?

Jesús, muchas gracias por estrenarte por aquí, bienvenido. Es cierto que las patologías institucionales y las personales van unidas. Por otra parte, usaba el término patología más como pathos o como metáfora del malestar que he visto en algunas instituciones, sobre todo de ámbito público (como universidades y hospitales). He visto lo mismo en grupos de formación de terapia, tanto psicoanalíticos, como de otro tipo. Muy buena tu observación del diván. Yo incluso he visto que en algunos casos refuerza aún más el egocentrismo, fomentando ciertas dinámicas regresivas y narcisistas (de manera inconsciente). En fin, podría decir mucho más, porque el tema da para mucho...

Es fundamental eso de la decisión ética. Si no, al final no se es más que un ego-máscara con patas.

Últimamente, de forma casual, me llegan varias historias de corrupción flagrante en diversas instituciones en las que se mueve algo de poder. Me preocupan los esquemas que se repiten, en este sentido, por muchos lugares.

Un saludo cordial

Maribel

Anónimo dijo...

Si moza,... a imagen del Judo aunque mas estilizado y sin apenas contacto. El judo resulta algo tosco, imaginare verdugo y victima agarrandose con el kimono desaliñado a ver quien pierde antes el equilibrio. El aikido es mas poético, mas sutil donde la victima espera relajada a la embestida, a continuación un leve movimiento hacia un lado, y con un suave toque táctil como si fuera un verso hace el resto, por supuesto el desenlace es creado por el agresor, su impulso y fiereza determina si se romperá el cuello o simplemente dará con los morros en el tatami de la vida. Eso, o sacar a la Bruja Catalina que llevamos dentro y que las poderosas fuerzas de la emoción le den un pasaporte a la fama: La imagen para los trepas es su becerro de oro...

JM

Fran Antón dijo...

Si que da para mucho esta entrada-denuncia tuya, Maribel...

Lo resumí en cuatro adjetivos en mi primer comentario,y lo volvería a hacer poniéndolos con mayúsculas y en negrita ;-)

En los rincones más insospechados sudecen esas cosas,...y sin ánimo de ser pesimista, me temo que seguirán sucediendo...mientras que quede un rinconcito para el egoísmo en cualquiera de los seres humanos que habitamos el planeta...

Lo que tal vez pueda cambiar es que no se aplaudan, ni se protejan, ni se amparen esas actitudes... Podría cambiar que campen a sus anchas... Eso sí. ;-) Y tal vez la mejor lucha no sea el contraataque sino saberse respetar y exigir respeto y dignidad.

Maribel Rodríguez dijo...

Pues sí Fran, esto puede dar para mucho. Como nos pongamos unos cuantos, sacamos un libro :-).

Y sí que están sucediendo estas cosas en muchos sitios. El ego humano se infiltra por todas partes y la gente no se da cuenta de que el corrupto, es el primero que se perjudica a sí mismo.

Lo de exigir respeto y dignidad es lo primero, y si aún así no se consigue nada, lo mejor es salir por patas a mejores lugares...

Vicent dijo...

la solución es cambiar desde el amor.