martes, 17 de agosto de 2010

LA MÍSTICA, UN CAMINO DE SANACIÓN DEL ALMA HUMANA


Es posible que el título de este nuevo texto resulte un tanto extraño, pretencioso e incluso provocador, en unos tiempos en los que parece imperar el materialismo, el cientificismo y el egocentrismo, entre muchas personas. Pero esto no me desanima a arriesgarme, como persona e incluso como científica a buscar más posibilidades para la salud del alma, pues toda ayuda es poca, ante el sufrimiento de las personas.

Desde tiempos adolescentes me hacía preguntas sobre el sentido de la vida, del sufrimiento y de la muerte y de ahí, pasando por las experiencias vividas, la literatura, el arte e incluso la ciencia, quise ahondar un poco más en la comprensión de nuestra realidad, más allá de lo aparentemente evidente. Y sin saberlo, incluso teniendo inicialmente un gran escepticismo, me topé con la mística, como un camino más de experiencia, de comprensión, de profundización en el sentido de la existencia y sobre todo en una nueva percepción de la vida, renovadora y sanadora.

Ahora, después de haber pasado unos años, me veo preparando una ponencia sobre la mística en la psicoterapia, para el congreso de septiembre sobre Antropología, Psicología y Espiritualidad. Después de poner tan arriesgado título a una ponencia, me decía a mí misma que menudo lío en el que me había metido. Ahora, ya entrando en materia, y explorando un poco acerca de la mística, me encuentro con la fascinación ante un nuevo mundo de experiencias posibles, ante mis ojos (y no solo los de la carne o los de la mente, sino también ante los del espíritu). A la vez, compruebo, no sin asombro, que la cantidad de científicos interesados en cuestiones espirituales, va en aumento, en la actualidad. Por ejemplo, dentro del ámbito de la Psicología y de la Psiquiatría, es cada vez más frecuente tener en consideración cuestiones espirituales, tanto para estudiar al ser humano, como para ayudarle a superar sus dificultades. Incluso se ha creado una disciplina llamada Neuroteología.

Así que, me arriesgo a plantear tan extraña cuestión y me encuentro más belleza que complicación (como temí inicialmente), al abordarla. Al estar en ello, algo me empuja a compartir un poco de esta maravilla. Pues si la mística es como plantea Evelyn Underhill, en su libro “La mística”, algo que nos ayudaría a superar los hábitos del pensamiento ordinario e incluso podría llevarnos a la superación de las filosofías naturalista, idealista y escéptica, no está nada mal. Y si además, la mística nos puede abrir el pensamiento al orden de realidad de los valores trascendentes (la Verdad, la Bondad y la Belleza) y nos permite la conexión con algo profundo, que es un algo misterioso que hay en nosotros, que sería el santuario más íntimo del ser personal, la raíz más profunda de su amor y de su ser, y otras muchas posibilidades de plenitud vital. ¿Por qué no seguir investigando sobre ello?

Y os dejo, para compartir un poco más, otra bella reflexión de este libro de Underhill:

“Los misterios de la vida tienen lugar de manera tan suave… que el hombre natural apenas se sorprende por la diaria y radiante revelación de la sabiduría y el amor infinitos. Únicamente la dura costra de la conciencia superficial la oculta de nuestra visión normal.”

La pregunta ahora, es como hace el místico para captar esa sabiduría y amor infinitos, pues si se puede ver así la realidad, se deben superar muchas dificultades. Según la autora, el centro de comprensión de la mística es el amor. Por lo que supongo que si practicamos un poco de esto, y cuanto más mejor, quizás lleguemos a vislumbrar la realidad de esta forma.

Para terminar os dejo una interesante reflexión de Albert Einstein, que enlaza con lo que estoy planteando:

"La emoción más bella y profunda que podemos experimentar es la sensación de lo místico. Es la semilla de la auténtica ciencia. Al que le resulte extraña esta emoción (aquel que ya no es capaz de sentir un respeto reverencial), más le valdría estar muerto. Esa convicción profundamente emocional, de la presencia de un poder racional superior, que se revela en el universo incomprensible conforma mi idea de Dios."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No es en absoluto un tema pretencioso. Particularmente estoy muy interesado en ello y espero que tengamos la posibilidad de leer tu ponencia una vez la hayas expuesto. Me encuentro leyendo estas vacaciones "La personalidad creadora" de Abraham Maslow. Allí también menciona la mística o las experiencias místicas dentro de las experencias cumbre como propias de las personas que define como autorrealizadoras, sanas, plenamente humanas etc. Lo que creo más importante es que mencionas en tu entrada "los valores trascendentes (verdad, bondad, belleza)", que me parecen la base fundamental del desarrollo humano más allá de la cura de la sintomatología clínica de la persona. Mi formación es psicoanalítica francesa. Recuerdo que en un comentario tuyo -en contestación a uno mío acerca del análisis personal- exponías que era muy posible que una vez profundizado un análisis la persona se volviera más egoista. Aunque haya que matizar esta palabra, estoy plenamente de acuerdo en esa apreciación, por lo que surge la pregunta ¿qué tipo de evolución personal e interpersonal realiza esa persona en análisis si lo único que obtiene es un conocimiento de sí y de su deseo? Hay que ir más allá. Esos valores trascendentes son los que también menciona Maslow en el libro mencionado, por lo que hay una coincidencia cuando atravesamos la línea del puro diagnóstico y tratamiento para acercarnos a lo espiritual (cristianismo, budismo, misticismo, taoismo, etc.) Me viene a la cabeza Platon.

Un abrazo.
Jesús.

Maribel Rodríguez dijo...

Hola Jesús,

Sí te recuerdo de otro comentario anterior.

Me alegro de que no te parezca un tema pretencioso. Supongo que escribiré la ponencia... (a veces hago solo un guión general y lo voy desarrollando). Quizás se acaben publicando todas las ponencias del congreso. Si me piden que la escriba, pues lo haré. Si no, al menos os pondré por aquí las ideas más importantes. Entera igual os resulta pesada, pues es casi una hora de charla...

No he leído ese libro de Maslow, pero sí sé de lo que plantea sobre las experiencias cumbre y la autorrealización. Es muy interesante.

Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices de los valores trascendentales. Aunque no es fácil transmitir eso en una terapia.

Con respecto al análisis, me parece que una fase necesaria, de todo proceso psicoterapéutico es la comprensión y el autoconocimiento de uno mismo. Siendo conscientes de que este es un proceso infinito e inagotable. Si en ese conocimiento uno se queda con un esquema superficial acerca de quién es, y tiene todas las explicaciones sobre sí, a partir de un modelo teórico, puede quedarse estancado en un peligroso egocentrismo. Así que evidentemente hay que ir más allá, la pregunta es cómo. Hay gente que lo pilla rápido, pero para otros, la renuncia a sí mismos para ir más allá, genera muchas resistencias o es difícil de comprender.

En lo espiritual, de todas las principales tradiciones, hay elementos curativos e inspiradores. El reto es integrar esto en la terapia y en la propia vida.

Un abrazo

Maribel

Pablo dijo...

Hola Maribel,

Como coloquialmente se dice de los buenos temas musicales, éste de la mística es un "temazo". Coincido contigo en que una de las preguntas claves es cuál es el camino místico, cómo hacer para adquirir y vivir la sabiduría e inmenso amor a los que muchos místicos refieren. Como propones, la práctica de amor (y la conciencia de recibirlo, a todos los niveles) no parece un mal consejo, pero se me antoja insuficiente sin la intervención de un modo u otro de Aquél que propone el camino. Se me ocurre añadir a la práctica del amor, la apertura, apertura amorosa y amor a la Verdad, que si uno en un principio no conoce o le resulta extraño, quizá ha de dejarse guiar por aquellos que algo cuentan sobre esto. La sabiduría antigua y ¡la que pueda emanar del Congreso u otras fuentes actuales!.

He leído recientemente que Dios ha puesto en el corazón de todos los hombres dos grandes vocaciones que son amor y verdad. ¡Cualquiera lo diría dando una vuelta por ahí! Y sin embargo, intuir que eso es cierto es igualmente fascinante y esperanzador. Por ello, también creo que el acercamiento que propones entre la experiencia mística y la experiencia psicoterapeútica es muy acertado.

Leí en el blog de otro psiquiatra algo interesante sobre neuroteología; me gustó especialmente lo dicho acerca de los rasgos "buenos" y "malos" que pueden relacionarse con la religiosidad. Te dejo un enlace, pues creo que puede gustarte la lectura.

http://pacotraver.wordpress.com/2010/07/21/neuroreligion-y-neuroteologia/

Un saludo,

Pablo

Maribel Rodríguez dijo...

Hola Pablo,

Sí que es un "temazo", como tú dices, al menos para los que lo pensamos o vivimos así...

Estoy de acuerdo contigo en que la vivencia de ese amor depende de Otro, en gran medida. Pues si uno no lo acepta, no es posible.

También de acuerdo con lo de dejarse guiar.

Con respecto a las vocaciones que Dios pone en nuestro corazón, parece que los humanos andamos un tanto olvidadizos. Por eso, hay que recordarlo, a ver si sirve de algo.

Me alegro de que te parezca acertado lo de acercar las dos experiencias.

Conocía el blog de ese otro psiquiatra. Es interesante el artículo que comentas, aunque me parece que eso de los rasgos "buenos" y "malos" es una simplificación, porque implican niveles de conciencia diferentes, desde los que se puede vivir la religiosidad.

Saludos y gracias por tu comentario.

Maribel