Por
todos es sabido que el camino hacia la sabiduría pasa por el autoconocimiento.
Pero no solo éste, cualquier camino hacia el sentido común, la autocomprensión,
la madurez, la capacidad de comprender a otros, etc. El camino del
autoconocimiento es necesario para tomar un contacto adecuado con la realidad
propia y ajena. Y es un camino obligado en diversos modelos de psicoterapia,
que pretenden mirar más allá de la superficie de las personas y que, por lo
tanto, apuestan por la introspección.
¿Y
qué aporta la hipnosis en todo esto? Una definición de hipnosis dice que “es un
estado natural de activación y focalización de la atención unido a un estado de
relativa desconexión periférica” (Spiegel, 1996, p. 117). Es decir, es un
estado en el que alguien es capaz de estar muy concentrado en algo, sin prestar
atención a ciertos estímulos que se están dando y que se pueden considerar
irrelevantes. Por ejemplo, algo así nos pasa cuando estamos muy absorbidos
viendo una película o leyendo un libro.
En
ciertos tipos de meditación con concentración se produce un fenómeno parecido,
pues la consciencia se centra en algo, para dejar de lado ciertas sensaciones,
sonidos, etc. Es difícil diferenciar el estado de consciencia de este tipo de
la hipnosis, y, según algunos autores, la experiencia subjetiva es la misma.
Puede cambiar la intención acerca de por qué se está realizando uno u otro
proceso.
¿Y
para qué queremos focalizarnos o concentrarnos de este modo? Principalmente para
poner una atención más intensa en aquello que nos interesa. En el caso de
querer fomentar el autoconocimiento, el foco se pondría en uno mismo y en
aspectos concretos de la experiencia interna en los que se quiera profundizar y
dejar de lado interferencias que normalmente no permiten mirar con tiempo y con
suficiente calma en el mundo interior. La profundización en nosotros mismos
requiere intención, atención y esfuerzo. Y esa profundización permite irnos
acercando a un lugar más profundo de nosotros mismos, que para algunos tiene
que ver con lo espiritual, lo sagrado, el alma, el Ser, etc.
Aparte
de poder favorecer esa atención localizada en el mundo interior, para ir profundizando en él, la hipnosis también posibilita
una menor distracción en el diálogo terapéutico. Situación que favorece un trabajo psicoterapéutico más concentrado y eficaz.
Y
otro punto importante, la hipnosis puede ayudar a tomar consciencia de
elementos inconscientes, por diferentes caminos. Uno de ellos puede ser el de
acceder a un lenguaje visual y simbólico, que pueda expresar metafóricamente
algún aspecto de nosotros mismos que no podemos poner en palabras, o del que no
somos conscientes. La toma de consciencia se favorece, por un lado, poniendo
atención focalizada (como ya se ha señalado), pero también favoreciendo la
comunicación de la parte racional de nuestra mente, con la parte más emocional
o irracional. Un método puede ser entrando con la hipnosis en la escena de un
sueño y estableciendo relaciones conscientemente con los personajes del mismo,
explorando las propias reacciones en el sueño, explorando el lugar en el que se
dan las experiencias del sueño, etc. De esta forma que se trabaja con un
lenguaje más metafórico, que puede tener la capacidad de abrir nuevos espacios
desconocidos dentro de uno mismo, a los que no se tiene acceso desde la
infancia o que están en un estado latente en nuestro interior.
En
el caso de hacer un trabajo introspectivo aprovechando el estado de consciencia
que proporciona la hipnosis, la mayor sugestionabilidad de este estado puede
permitir abrir puertas internas que pueden ser menos accesibles en el estado de
consciencia ordinaria. Por ejemplo, el pedir respuestas a nuestra “parte
sabia”, o el plantearnos que podemos mirar más a fondo, puede permitir
elementos adicionales de trabajo que normalmente no se dan en un proceso de
terapia ordinario.
En
mi experiencia clínica la hipnosis posibilita la toma de contacto con
sensaciones y emociones ignoradas, posibilita un mayor silencio para la
exploración del mundo interno (es decir, para la introspección) y aporta más herramientas
para entrar en relación con dimensiones del mundo interior que han permanecido
ocultos previamente. También ayuda a minimizar distracciones que interfieren en
el diálogo terapéutico. Hay mucho más, pero una entrada de blog no permite más
exhaustividad. Espero que al menos estas líneas sirvan para despertar interés y
curiosidad entre quienes quieren conocerse mejor y, sobre todo, entre los
colegas psicoterapeutas que buscan herramientas e instrumentos que complementen
sus propios métodos.
Sobre
este tema imparto un seminario-taller el 23 de enero en el Centro Engramas de
Madrid. Por si alguien está interesado en este link tenéis más información: http://www.psicoterapiasintegradoras.com/hipnosis.html
NOTA:
Es fundamental que el trabajo en psicoterapia con hipnosis sea aplicado por un
profesional de la salud mental (preferentemente Psiquiatra o Psicólogo), con
formación específica en psicoterapia. Acudir a otros profesionales sin esa
cualificación puede suponer riesgos, fundamentalmente los de no recibir el
tratamiento adecuado al problema que uno presente y el de perder el tiempo y el
dinero.
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