Recientemente, me comentaba una persona experta en superdotación que no había nada qué hacer, acerca de hablar con personas superdotadas, sobre espiritualidad y religiosidad, puesto que, como son muy lógicos, nada se les puede demostrar, pues solo se interesan por lo demostrable.
Estas afirmaciones me dejaron pensando, pues veía algo en ellas que no me terminaba de encajar. Ya que, si no les interesa la espiritualidad y la religión, ¿por qué acuden a mi consulta personas superdotadas interesadas en estos temas y que están buscando cómo ahondar más en ellos? Por otra parte, conozco, más allá del ámbito de la consulta, a personas superdotadas con una fuerte espiritualidad y/o religiosidad. ¿O es que no son superdotados? ¿O es que la espiritualidad y la religión son solamente para las personas con inteligencias medias o bajas?
Lo señalado inicialmente se contradice con la evidencia del profundo interés que las personas superdotadas tienen acerca de temas existenciales desde muy temprana edad. En ellos emergen, con facilidad, profundas preguntas sobre el sentido de la vida y sobre el sentido último de todas las cosas. Y, los temas existenciales, llevan con frecuencia, a cuestiones religiosas y espirituales. Cuando emergen estas preguntas no veo que las personas superdotadas se cierren a ellas, sino que aún tratan de ahondar con más profundidad en las mismas. Otro tema es que no les sirva cualquier respuesta prefabricada.
Creo que parte del problema, con respecto a las afirmaciones iniciales, se da cuando se confunde religión con creencias de tipo ideológico; pues existen muchas personas que viven la religión desde creencias ideológicas. Pero ¿eso es realmente religión? Me da la impresión de que, si lo es, se trata más bien de una visión de la religión más primitiva, del tipo mágico o mítico. Pero ese tipo de religiosidad no nos muestra una religiosidad profunda que puede partir de la experiencia personal o interpersonal y/o de una intensa búsqueda de la verdad. Ese planteamiento de la religión ideologizada, nos habla aún menos de la religiosidad o de la espiritualidad que surgen de experiencias profundas, o de esas que a veces se llaman místicas.
Revisando el tema de la religiosidad/espiritualidad en superdotados encuentro datos contradictorios en las diversas publicaciones y estudios sobre el tema. Al parecer, según muchos de estos estudios, los superdotados tienden más a ser ateos. Según un metaanálisis[1] de 2013, de 63 estudios, 53 encontraron una relación negativa entre inteligencia y religiosidad (es decir, a más inteligencia menos religiosidad), y 10 la encontraron positiva (a más inteligencia más religiosidad). Siendo esa relación significativa en 35 de los estudios en los que salía negativo y positiva en 2 de los estudios. Quizás la cuestión que puede hacernos reflexionar acerca de estos estudios sea acerca de cómo se ha definido la religiosidad en los mismos, o de cómo en general se define la religión en nuestra cultura. Si medimos los parámetros de la religiosidad más convencional y superficial es altamente probable que las personas más inteligentes se muestren alejadas de ella. Estos datos son corroborados por un metaanálisis[2] posterior, que incluye más artículos.
En los estudios referidos, la religiosidad se definía como la implicación en alguna o en todas las facetas de la religión, que incluyen la creencia en lo sobrenatural, hacer ofrendas a ese algo sobrenatural, realizar rituales que afirman las creencias, asistencia a la iglesia o ser miembros de una religión organizada. La mayoría de estos parámetros hacen alusión a la religiosidad convencional, una forma de religiosidad más centrada en lo externo. No hay en esas definiciones una clara alusión a elementos más profundos de la religión (salvo quizás lo que llaman una "creencia en lo sobrenatural"). Hay que tener en cuenta que existen otras formas de religiosidad y de espiritualidad cuya principal finalidad es la búsqueda del sentido de la vida, de la experiencia profunda de lo sagrado, del amor, de la compasión o que muestran una profunda sensibilidad hacia los aspectos más sutiles de la vida, etc. Elementos, todos ellos, que son frecuentes en las personas superdotadas.
Si las personas superdotadas, desde la infancia, tienen profundos interrogantes y una alta sensibilidad hacia lo más sutil de la vida, ¿por qué no van a estar interesadas en cuestiones religiosas o espirituales? Otro tema es que no les satisfagan las respuestas convencionales y estereotipadas, o que no se crean cualquier cosa por el hecho de que las crea todo el mundo, o que no toleren las ideologías cerradas. Es completamente comprensible que, los entornos religiosos más superficiales, no sean satisfactorios para ellas, pues toleran poco las creencias irracionales, la superstición, el pensamiento mágico infantil y son muy perceptivos a las incongruencias, a la hipocresía, o a las faltas de ética. Motivos que se entiende que les pueden alejar de ciertos entornos religiosos más convencionales o superficiales.
Si no fuera posible una religiosidad inteligente, nos encontraríamos con que solo serían religiosos quienes no tienen suficiente inteligencia para ver las contradicciones o visiones irracionales del mundo religioso. Pero, por otra parte, si revisamos la historia de las religiones, nos encontramos personas con una aguda inteligencia que, en algunos casos, podrían ser superdotadas, aunque no hayamos podido hacerles un test de CI. Esas personas inteligentes no mostraban una religiosidad superficial, pues eran personas que tenían una religiosidad experiencial, apoyada en una sutil sensibilidad e inteligencia y en una manera particular de vivir las cosas. Encontramos a este tipo de personas en todas las religiones y muy especialmente en personas consideradas místicas, inspiradas o santos, y que tienen “experiencias” profundas y sutiles, en sintonía con su profunda inteligencia. Tal es el caso de San Agustín, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Edith Stein, Andre Frossard, Thomas Merton, Ibn Arabi, Rumi, Sidharta Gautama, Ramana Maharshi, entre otros muchos. En ellos encontramos esa extraña combinación entre aguda inteligencia y profunda espiritualidad. Es más, en ellos la inteligencia no era un obstáculo para su profunda espiritualidad, sino una aliada para seguir ahondando en ella.
La cuestión que puede generar esa idea de que los superdotados no pueden ser religiosos, parece ser más bien la identificación de religión con una determinada manera de vivirla, que dificulta el pensamiento crítico o que cuestiona ciertas experiencias espirituales más profundas y sutiles. Es posible también que la psicología y la psiquiatría modernas tengan prejuicios y sesgos acerca de lo que es lo espiritual y lo religioso. En general veo bastante desconocimiento acerca de ello en diferentes ámbitos relacionados con la salud mental.
Desde lo que vengo observando y conociendo más, el tema de las personas con más inteligencia, he podido constatar que los superdotados, como en todo, cuando son religiosos o espirituales, viven sus experiencias de una forma poco convencional, que está en relación con sus propias percepciones y vivencias, y no con lo que les digan los demás acerca de cómo tienen que vivirlas. Han aprendido a descubrir el mundo por sí mismos, pues no siempre han encontrado a personas que les entendieran. Su actitud independiente, de investigadores autónomos, ha sido interpretado por muchos como soberbia o vanidad; pero en realidad no lo es, se trata de una sensibilidad diferente con respecto a como vivir su vida y una libertad de pensamiento que forma parte de su identidad y de su libertad, para no traicionarse a sí mismos; lo que influye en su manera poco convencional de vivir su religiosidad o espiritualidad, no por ello menos seria profunda, auténtica y comprometida.
Encuentro en los superdotados interesados en lo religioso y espiritual una religiosidad o espiritualidad muy profunda, cuando se da, que no interfiere con su inteligencia, sino que ésta es más bien la aliada y una herramienta válida en como ahondan en la búsqueda de la verdad. Así que, ¿por qué no tener en cuenta la dimensión espiritual y religiosa en los superdotados, cuando surge de su búsqueda e interés? ¿por qué ponerles a un lado de la balanza, sin ahondar un poco más en su manera de vivir los aspectos más sutiles y profundos de la vida?
[1] Zuckerman, M., Silberman, J., Hall, J.A. (2013). The Relation Between Intelligence and Religiosity: A Meta-Analysis and Some Proposed Explanations. Personality and Social Psychology Review, 17, 4: 325-354.
[2] Zuckerman, M., Li, Ch., Lin, S., Hall, J.A. (2019). The Negative Intelligence–Religiosity Relation: New and Confirming Evidence. Personality and Social Psychology Bulletin, 00 (0), 1-13.
Nota: imágenes de Pixabay.
Este artículo fue publicado en la revista de AEST (Asociación Española de Superdotados y con Talento): "La estación", nº 22, 2020, p. 26-27.
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